Muchos ya estamos acostumbrados a la existencia de lo que resumiremos en esta reseña como ‘cristianismo en la música alternativa’, sobre todo en bandas estadounidenses. Es natural y a estas alturas ya no debería sorprender, pero en todo caso es muy interesante indagar en letras, entrevistas y demás información para descubrir que el colectivo de ese cajón de sastre que es el “Christian Rock”, tiene en su haber representantes de innegable prestigio en crítica y público.
MxPx , Slickshoes o la banda de Ohio que hoy nos ocupa, son algunos ejemplos -quizá los más importantes-, de ese ofrecimiento a la fe y a Dios de un género como el Pop Punk -si hablamos de hardcore y screamo, valdría la pena pararse a conocer
The Chariot -.
Si el alma del Punk, además de la expresión sentimental sin complejos, es una militancia que va más allá de la música para llenar los vacíos y frustraciones que padecemos en este mundo -llamando a una especie de activismo tanto social como individual-; la vertiente punk cristiana, a grandes rasgos, introduce mediante Dios, de manera explícita o implícita, paliar ese sufrimiento y encarar ese desafío (como el amor) con figuras como el perdón, la fe, la redención o la compensación en la otra vida.
Relient K -este “Mmhmm” es su cuarto álbum- opta por hablar de ello desde un prisma de lo cotidiano, diario, y dejando esas respuestas a las preguntas más trascendentales a un sujeto indefinido -suele ser “you”- , dándose mucha libertad para que las canciones suenen a rutina, pero con espacio a la elucubración y a la libre interpretación –“Be my Scape”, por ejemplo-, además de dejarse llevar por los derroteros que los cambios de estilo y velocidad, que la banda domina con sorprendente comodidad en este LP. Fíjate, si no, en el interludio de balada en “I so Hate Consequences”, o el final ambiental en “Let it all Out”, sin ir más lejos. La co-producción entre Mark Lee Townsend (DC Talk) y el propio Matt Thiessen, cantante del conjunto -que, dicho sea de paso, tiene registros suficientes para adaptarse a los repentinos cambios de las canciones- suena limpia y depurada, dándole a “Mmhmm” un sonido agradable y acogedor.
Así, desde el prisma que nos ofrecen los años que han pasado y los discos que han publicado posteriormente -y siendo clave la marcha del bajista y co-fundador Brian Pitmann después de su lanzamiento-, este "Mmhmm" se impone como el libro de estilo y referencia al que la banda debería acudir e intentar recuperar como ejemplo de su propuesta. Para quien relaciona el Pop Punk con melodías alegres, ritmos rápidos y sugerencia de dulzura y días soleados, este disco no les decepcionará, máxime si se busca otra vuelta de tuerca a esa época dorada del Pop Punk de los inicios de siglo. Nos encontramos, entre otras canciones, con el minuto y poco de “The Only Thing Worse than Beating...”, donde caben guiños a los más ávidos de empujones; o con el powerpop acompañado de un fiel piano en “This Week the Trend”... hay de todo en “Mmhmm”. La apertura con la eficaz “The One I`m Waiting For” captura tu atención hasta el cierre de “When I Go Down” - con sus casi siete minutos de duración-, donde los instrumentos fluyen y conviven de manera sorprendente. No pasan los años para este disco, en definitiva, y se mantiene como una referencia para la propia banda, una aportación llena de matices, giros y sabiduría explotando un género que vivía su esplendor a principios de siglo.