Poco más de dos años después de “On the Impossible Past”, aclamado por crítica y público, llega el cuarto trabajo de estudio de
The Menzingers , “Rented World” (Epitaph). Una espera corta, pero donde se respiraba en la escena las ganas de disfrutar nuevo material de uno de los grupos llamados a situar el punkrock en un reconocimiento y prestigio internacional perdidos (esto, quizás, junto a sus vecinos de Pennsylvania
The Wonder Years ). Pero no solo esa es la única responsabilidad que podrían haber sentido
The Menzingers , ya que han reconocido que “On the Impossible Past” les ha supuesto una presión que les ha llevado a realizar cambios importantes en el proceso compositivo, eligiendo incluso a un productor especializado en indie-rock. Y ya adelantamos, efectivamente, que no, “Rented World” no es un “On the Impossible Past II”.
El primer adelanto que ofreció el grupo, “In Remission”, con una pausa, crescendo y final que sugiere lo que vas a encontrarte posteriormente, ya nos avisaba que en este álbum el protagonismo se lo llevan los riffs de guitarra. Potentes, contundentes y apasionados -mimados por la producción de Jonatah Low (The National)-, dándoles un efecto sordo y cautivador, dotando de personalidad al LP; creando capas que envuelven los innumerables detalles que van surgiendo, justificando el resultado de componer las canciones a partir del sonido de la guitarra eléctrica -en lugar del más clásico primer paso con la acústica- . Los estribillos -rabioso e impagable el de “I don`t wanna be an asshole anymore”- quedan en un (honroso) segundo plano ante la solidez y contundencia de las cuerdas de Greg Barnett y Tom May, tomando la parte vocal de ambos un papel más complejo y atractivo. Dejando más al misterio de intentar adivinar hacia donde van las voces en lugar de tomar todo el protagonismo en los estribillos. “Nothing Feels God Anymore” es el mejor ejemplo, con una intro y un riff que hubiera podido firmar el mismísimo
Kurt Cobain , y que rompe con una explosión de guitarras mientras la voz interpreta, irreverente, las letras conducidas por la melodía. Los 90 han sido fuente de inspiración para este disco, y más concretamente bandas como
Weezer -que nos vienen a la mente en temas como “Where Your Heartache Exists”-, o
Smashing Pumpkins , que aparecen como referencias clave en ese rescate del sonido de hace dos décadas. También hay recursos marca de la casa, como en la acelerada “Rodent”.
El disco suena a autodeterminación, a convencimiento, y sus letras son más optimistas sin dejar de ser introspectivas. Rozando los 30 y viéndose con una estabilidad económica y psicológica que les ha costado muchas giras y trabajo cosechar, la banda ha decidido expresar el júbilo en “Rented World”. El bajo de Eric Keen te sumerge en un ritmo amable y conciliador a la par que enérgico, complementando una sección rítmica versátil según los derroteros de la canción gracias a la acertada y sencilla batería de Joe Godino, con fugazes cambios de ritmo intercalados. En cuanto a la voz, Greg opta por mantener ese registro emocional, limpio, que consigue hacerte evocar sentimientos, guardándose en el tintero esos gritos rotos para contados momentos, dándoles un énfasis especial.
The Menzingers siempre consiguen expresar candidez, son cálidos y se ganan un vínculo con el oyente que hacen sentir fraternidad y reflexión interior. Es escuchar, por ejemplo, ”Hearts Unknow”n, y encontrarse con esa melodía amistosa y registro vocal cariñoso y sincero, con un cambio a medio tema que pone la piel de gallina, fundido con exquisitez con un agudo riff que refuerza lo que ha germinado dentro nuestro.
Así, nos encontramos con una banda que, entre la avidez de evolución, el querer escapar a tiempo de las aristas estéticas de “On The Impossible Past” -sin renegar de él-, y de - como ellos mismos comentan-, rescatar sonidos de los 90; culminan un trabajo que da un paso más en su prolífica capacidad de dar protagonismo a una innumerable lista de recursos acorde a su talento innato para las melodías, estribillos y concepción del punk de este siglo.