The Last Internationale es un grupo neoyorquino de rock de tintes blues-folk que, aunque han pasado ya unos años desde su fundación a manos de Delila Paz y Edgey Pires -además de contar con algún LP en la calle-, ha experimentado una “tabula rasa” poniéndose bajo la producción de gente de la talla de Brendan O`Brien (Bruce Springteen, Pearl Jam) o
Tom Morello , re-configurando la banda con la incorporación del también ex-
Rage Against the Machine Brad Wilk en la batería. Así, y tras el EP “New York, I Do Mind Dying”, llega “We Will Reign”. Lo curioso es que lo hemos visto anunciado como álbum debut de este trío, cuando no es así, aunque lo realmente importante es que parece venir dispuesto a situarse en la vanguardia del fenómeno blues y del fenómeno folk que estamos viviendo en los últimos años. Eso ha trascendido a la música en “We Will Reign”, que se antoja como una patada a una puerta tras la que se encontraba encerrada la banda, en un movimiento que acaparará, seguro, la atención de muchos. Hay cambios que nos han sorprendido bastante, y destacan, sobre todo, por la sorpresa de haberse efectuado tan pronto en este mal llamado “debut”.
Y es que, guiándonos por su anterior EP, el grupo venía mostrando un tempo lento, un flirteo con la psicodelia y unas capas de sonido bastante profundas y enredadas, dando una relevancia importante a los solos de guitarra de Pires. Y, no obstante, “We Will Reign” nos sorprende con una fórmula más desmenuzada, como si triturara las estructuras de sus anteriores entregas, así como de sus referencias. De ahí el sonido pasa a algo más concreto, concentrado y sencillo. Filtros que nos llevan a estrofas y estribillos trazados de forma muy directa, como ocurre en la apertura de la adictiva “Life, Liberty and the Pursuit of Indian Blood”; o recordarnos a la austeridad compositiva de The Black Keys, usando la reiteración y soltando el riff de manera elegante como en el tema que da nombre al disco. Del troceo de monumentos que nos tienen la cabeza sumergida en horas de cálculos y diseños, surge una pasta en que Pires trabaja en algo que vemos cómo avanza con humildad, seleccionando los momentos de manera acertada para clavar un solo en el momento exacto, como ocurre en el majestuoso momento en que la sensación de vacío de “Wanted Man” explosiona en las seis cuerdas. ¿Qué obtenemos de este perfil más bajo y esta concreción del sonido? Una agilidad y dinamismo que, al no dar lugar a surcar espacios abstractos, da mucho empaque a, primero, el discurso social y político de denuncia de la banda; y segundo, mucha naturalidad en los cambios de género. Aunque la faceta blues recuerda más a grupos como Wolfmother o Audioslave -que no son de dejarse llevar-, los cruces entre el folk, el pop rock ochentero -donde no faltará la guitarra acústica- y algo de post punk hará disfrutar a los más cinéfilos: “We Will Reign” tiene un aire a Western que hace que nos vengan a la mente piezas de Ennio Morricone, atentos a temas como “Fire”.
Evidentemente, hay que destacar el papel de la frontwoman del grupo y a su trabajo vocal: Delila Paz. Imperial en las arengas de esta pieza de protesta, su limpia voz y depurada habilidad a la hora de manejar los tiempos, hace que la protesta se personalice en ella misma, siendo la guitarra de Pires una especie de reacción a la misma. Algo intangible, pero que está ahí y existe. Que debe ir invocándose estribillo a estribillo. Son estímulos y respuestas. Todo ello sumado a la prolongación sin esfuerzo de su voz, nos ha recordado a la Aretha Franklin crepuscular. Algo que “Baby it`s You”, con ciertos aires funky, resume al máximo. De esta manera, en diez temas, “We Will Reign” ofrece una oferta musical variada, potente y con mucha química entre sus dos fundadores, siempre entre el blues, el folk y el rock, como en el cierre de nombre revolucionario, “1968”, de tintes a lo
Black Sabbath. Sin duda, ingredientes para dejar atrás épocas de anonimato -sin mojarnos en que esto sea bueno o malo, que cada cual decida-, y para aportar otro trabajo en el debate creciente sobre si el rock va a vivir los siguientes años de revisiones, raíces “neo guión género”, o si surgirá algo rompedor que sea el siguiente paso. Mientras os hagáis esa pregunta, seguro que daréis al “play” otra vez y os juntaréis a Paz, Pires y Wilk -una bestia- sumándoos en la construcción de algo concreto y con los pies en el suelo.