Muchos lo estábamos esperando y ya lo tenemos. Honor Is All We Know es el nuevo disco de
Rancid , su primer larga duración desde que en 2009 sacasen Let The Dominoes Fall. Han estado ocupados, entre conciertos, proyectos paralelos, vidas y alguna que otra versión de temas conocidos; o quizás es que tampoco querían sacar cualquier cosa, pero tras cuatro años el resultado es este y conviene analizarlo.
El primer tema, “Back Where I Belong”, parece dejar algo claro: la vuelta a las raíces. Y en cierta manera es cierto que el álbum destila ese poso del
Rancid más añejo, lo cual está reivindicado en esta canción, quizás simbólicamente algo así como el corazón del álbum. Aunque hay un puñado de temas que suenan un poco estereotipados, como si dijesen “mirad lo jodidamente punk que somos” (pienso en “Raise Your Fist”, “A Power Inside” o “In The Streets”, por ejemplo), creo que, en el fondo, no deja de ser la identidad más básica de
Rancid. El concepto de camaradería, de solidaridad entre colegas y la fuerza de la unión en las calles.
Musicalmente, pocos teman llegan a los 3 minutos de duración y hay un poco de todo lo que ya conocíamos. “Evil’s My Friend” y “Everybody’s Sufferin’”, con el estilo de influencia ska y reggae tan típico de
Rancid; “Collision Course”, un corte pegadizo, rápido y cómodo dentro de los parámetros de la banda; “Already Dead”, con unos coros muy potentes y la voz agresiva de siempre; o “Grave Digger”, más dura y hardcore que sus antecesoras, como un puñetazo en toda la cara.
Si bien es cierto que se echan de menos esas líneas de bajo tan características, sobre todo teniendo a un fenómeno al instrumento como Matt Freeman, y que el álbum no descubre nada nuevo, no podemos decir que no lo hayan conseguido. El objetivo estaba claro: recuperar un poco a los
Rancid de los 90, sobre todo tras las críticas que recibieron Indestructible y Let The Dominoes Fall por parte de los más puristas. Y, a medias, ahí están. El street-punk, el oi!, los “bro-hymn” que dirían
Pennywise.
Desafortunadamente, la sombra de su legado es demasiado larga para no caer en comparaciones y And Out Come The Wolves es un pilar del género y la ópera prima de
Rancid. Han querido acercarse y, desde luego, muchos de los que se engancharon al grupo en aquella época podrán aferrarse a algunas de las canciones de Honor Is All We Know que se entroncan en esas raíces punk de las que hablamos. Pero no es un trabajo redondo. Eso sí, les basta con lo que tienen. Tras haber alcanzado la barrera de los 20 años como banda, suena como todo un homenaje a ese espíritu punk del que siempre han presumido. Nos podemos dar por satisfechos.