Si tienes una trayectoria de casi 25 años a tus espaldas, si has logrado que la gente te respete como uno de los grupos más importantes de la escena hardcore-punk en activo, con un puñado de buenos discos para demostrarlo, muchas bandas tendrían la tentación de acomodarse. Y es completamente lógico ya que los años mandan, la base de fans ya está formada, las pautas de tu sonido son claramente identificables... ¿Por qué cambiar?
Lagwagon han tardado nada menos que nueve años en publicar nuevo LP y parece que se lo han tomado en serio. Hang equilibra dos aspectos: sigue sonando a
Lagwagon, pero es un disco distinto, valiente y maduro. Con justicia, de los mejores del año y de los mejores de la banda.
“Burden Of Proof” y “Reign” abren el disco y se entrelazan de una forma orgánica, de lo acústico a la melodía rápida. A pesar de que, insisto, la cara más old-school de
Lagwagon sigue estando ahí comandada por esa forma de cantar tan personal y genuina de
Joey Cape que ya conocemos; el álbum bebe mucho de lo que ya habían enseñado en Resolve, un trabajo temáticamente algo más oscuro e intimista. En Hang explotan esto en un tono musical mucho más duro y, en ocasiones, sucio. Hay más cambios y variedad de registros, guitarras mucho más profundas y temas más calmados; pero también muchos y buenos riffs, como no podía ser de otra manera (ahí están “The Cog In The Machine” o “Western Settlements”, por ejemplo).
Hay que detenerse necesariamente en “Obsolete Absolute”, una de las canciones más y mejor elaboradas de la historia de
Lagwagon (sino la que más). Aproximadamente, seis minutos de duración, con diferentes secciones, tempos, riffs... El tema destila una grandiosidad poco vista antes en
Lagwagon y que, quizás, cabría esperar de otro tipo de grupos; pero condensa las bases y la agresividad que impera en todo el álbum. Ahí está también la sombra del fallecido
Tony Sly sobrevolando siempre, con especial dedicatoria en “One More Song” (bonita intro de piano y emotividad a raudales) y la versión de “Exit” como bonus track final.
Es evidente la importancia que han dado al concepto de sonido a lo largo de todo el álbum, de forma que existe una cohesión y un ritmo que subyace como un todo. Es un disco brillantemente concebido de esta manera, con una intención más oscura; influencias, a veces más metal, a veces más rock alternativo; las raíces
Lagwagon de los 90 siempre presentes; una producción extraordinaria a cargo de Bill Stevenson... Y todo esto con un letrista como Joey a los mandos. Tan sólo imaginaos lo que ha podido salir de aquí.
Hang es un trabajo lleno de profundidad, letras metafóricas e inteligentes y diversas texturas. El grupo no se ha querido conformar sacando un disco que sonase a calco de lo que ya habían hecho, sino que han demostrado la ambición suficiente para ir un poquito más allá y hacer gala de todas las posibilidades que han alcanzado en su madurez como músicos. Lo mejor es que esto no rompe con el pasado, sino que se integra con él. Es el tipo de disco capaz de contentar a los fans de siempre, al mismo tiempo que atrae a algunos nuevos. Todos los temas rayan a un nivel altísimo y, en conjunto, construyen algo mucho más grande y épico. Que hayan sacado algo así a estas alturas, es impresionante.