Qué decir que no sepáis ya, sobre el cómo ha influido en el panorama musical -y en todo-, el capítulo de las Redes Sociales en el universo de Internet. Ya sea por su cara más beneficiosa para nuestros insaciables oídos, como para la tenebrosa amenaza que supone esa espada de Damocles que dicta que hay que estar continuamente expuesto o desaparecer. Sea como sea, creo que es ya infalible asegurar que las bandas, de uno u otro modo, van a intentar dosificarse, y dosificar su música, a efectos de lograr una presencia más mantenida en el tiempo y el espacio. Es decir, la publicación de EPs en lugar de LPs, y el goteo constante de rarezas que sirvan como anuncio de algo que esté por venir. Toda una paradoja: la rareza convertida en asiduidad. Así,
Man Overboard han tenido a bien lanzar cinco canciones a modo de anuncio de su vuelta al estudio en 2015. Los jóvenes músicos de Jersey, recordamos, asentaron en “Heart Attack” una comodidad y nada decepcionante incursión en el medio tiempo. Dejando poca duda de que ese iba a ser su sello característico a partir de ese momento, siendo capaces de llenar los amplios espacios rítmicos con la voz de Zac Eisenstein; aderezado de técnicas rap -muy sutiles-, por un lado; y el bajo de Nik Bruzzese liderando con paso firme el metrónomo, por el otro. ¿Podemos hacernos una idea de qué vendrá en el futuro más inmediato de la banda? Pues no hay muchas alternativas al encontrarnos con lo que han decidido publicar en “Passing Ends”.
Tres canciones acústicas, una versión acústica de “Secret Pain” -de “Heart Attack- y, además, un tema convencional con todas las piezas eléctricas. Una combinación un tanto extraña que le da un toque improvisado a “Passing Ends”, bien fundido con una producción humilde y cumplidora. Sumado al tono cercano y amigable de
Man Overboard , y esa voz que suena a un Peter Pan que se niega a crecer, hace sentir el agradable y lejano sentimiento de recibir un cassette re-grabado de un amigo. Quién sabe si parte de la receta del éxito de
Man Overboard es eso, la evocación de sensacioes. Tienen parte del espíritu de algo que se esperaba en el género, algo que cabalga entre algo resucitado y cierto poso de renovación. Algo que en temas como “Stood Up”, que exhibe ciertos detalles preciosistas. Así, si tomamos las piezas acústicas como el embrión compositivo de lo que escucharemos en estudio, nos espera pop punk potente entre el pulso contra las tentaciones que puede ocasionar incluir baladas, y la avidez de velocidad -a veces impuesta por más por formalismo estilístico que no por inspiración-. Esto último es algo que se le debe a uno de los principales inspiradores de
Man Overboard ,
New Found Glory. No obstante, la única pega de este EP es precisamente la revisión de “Secret Pain”, que pierde el final espectacular del que goza en su versión original.
Así, “Passing Ends” es una obvia continuación del valiente giro que timoneó -nunca mejor dicho-
Man Overboard en Heart Attack. Nos hubiera gustado disfrutar de alguna canción más “definitiva” para poder jugar a aventurarnos a predecir qué nos espera en el futuro, pero basándonos en el tema que da nombre al EP, “Passing Ends”, sacia con creces el gusanillo. Atentos a la dinámica alternancia entre las dos voces -solapadas - y los riffs, algo más agudos y épicos de lo que nos tienen acostumbrados. En conclusión, nunca dejamos de hablar de un grupo al que se le notan ganas de devolverle los momentos de gloria a un género de un espacio temporal y lugar geográfico muy concretos. Nunca se debería esperar de
Man Overboard experimentos matemáticos, más allá del dulce y colorido chicle, o la relajación en los tempos. Pero eso sí, dando la dosis adecuada de energía a los fans del género. En definitiva, solo cabe esperar de
Man Overboard estribillos anclados en las neuronas durante meses. Y, otra vez, han demostrado que están en un buen estado de forma.