Algunos llevábamos bastante tiempo esperando un nuevo disco de
Circa Survive –bueno, concretamente dos años, desde que publicaron su anterior LP-. Básicamente porque desde que, al menos en nuestro caso, conociésemos a
Anthony Green a través de los primeros EPs de
Saosin , siempre es una buena noticia saber que se va a involucrar en un nuevo trabajo discográfico. Sí, es cierto que Anthony se ha involucrado en numerosos proyectos musicales hasta la fecha –y que en ese sentido, tenemos material más que suficiente para rastrear y bucear-, pero por alguna razón que no sabemos explicar, siempre esperamos con más ansia aquellas noticias que tienen que ver con
Circa Survive. Quizá por la proximidad musical existente con
Saosin , por ser la banda que creó tras abandonar ésta, o por la esperanza oculta de que, alguna vez, y por estas carambolas del destino,
Saosin vuelvan a recuperar su formación original y a publicar nuevo material discográfico.
Pero ejercicios de nostalgia al margen –y esperanzas que no llevan a ningún lado-,
Circa Survive acaban de publicar “Descensus”, un LP que va a satisfacer tanto a los que miramos hacia atrás, como para los que fijan la mirada en el futuro. Y quizá en esa mirada esté la clave, porque
Circa Survive , sumidos en su amalgama de post-rock y rock progresivo, han publicado un disco descomunal que se interna, todavía más, en su afán de refinamiento del sonido que llevan practicando ya diez años. No quiere decir esto que el conjunto suene más blando, ni que hayan perdido el espíritu experimental, ni que hayan abusado de las capas de producción –aunque hay unas cuantas-, sino que da la impresión de que han encontrado un equilibro interesante entre la propuesta que destaparon en “Juturna” –recordemos: año 2005-, y sus entregas más recientes, ofreciendo un disco que gustará, a buen seguro, a todo el espectro de seguidores del grupo –y mira que esto es complicado-. En ese sentido, se podría llegar a pensar que la banda no arriesga demasiado, y que ha tirado del recurso fácil; pero es que, quizá, no sea necesario ahora dar una vuelta de rosca demasiado brusca. Y precisamente por esa mesura a la hora de plantear estas composiciones, se pone más de manifiesto que nunca una de las características que siempre nos ha llamado la atención de
Circa Survive: el hecho de que no anteponen el riesgo y la exhibición técnica a la propia composición musical; sino más bien todo lo contrario: la prioridad es la melodía y la estructura; y en base a eso se construye un todo en el que se incluyen los elementos que sean necesarios para servir al a integridad de la canción. Nunca al revés. La técnica como medio, no como fin.
Así, ya desde el inicio del disco, con “Schema” y “Child of the Deser”, la banda captura tu atención y no la suelta en todo el álbum. De hecho, “Schema” es la canción perfecta para abrir el disco, con un inicio caótico que desemboca en una sección de transición que, a su vez, empasta con otra sección –mucho más melódica, que se transforma en una suerte de estribillo en constante evolución. Es cierto, y menos mal, que el disco no mantiene la misma intensidad o estructura a lo largo de su duración; sino que el grupo ha sabido modular y jugar con las intensidades para poder ofrecer momentos más intensos, y otros más reposados, como en el caso de “Phantoms” o, de un modo más evidente, en la onírica “Nesting Dolls”, una canción que redunda en lo ambiental, y que va creciendo de forma paulatina para acabar, sencillamente, disolviéndose.
Y es cierto, quizá “Descensus” no sea capaz de alcanzar el nivel de “Violent Waves”, su predecesor; pero
Circa Survive lo tienen. Siguen teniendo ese algo que nos recuerda a grupos como
The Mars Volta e, incluso,
Thrice. Hecho que, sin duda, está al alcance sólo de unos pocos.