Millencolin ha decidido regresar con un nuevo disco de estudio tras ocho años de silencio desde que publicasen “Machine 15”; y muchos estarán preguntándose si “True Brew”, que así se titula este álbum, se parece en algo al confuso “Machine 15”. Pues no, por suerte para los fans –y, sobre todo, para el propio grupo-, “True Brew” se parece muy poco a aquél LP. Más bien nada. Y no es que
Millencolin , tras algo más de 20 años de carrera, tenga que demostrar nada a nadie -primero, porque quizá llegarían un poco tarde, y segundo, porque todo lo que tuvieron que demostrar, ya lo hicieron hace años-, ni que tengan que pedir permiso para experimentar con su sonido; pero un regreso, en cierto modo, a la fórmula que ellos mismos se cocinaron, no les va a venir nada mal. Así que podríamos decir que el cuarteto sueco se suma al elenco de bandas de punkrock que, de algún modo, tratan de conjugar diversos elementos con tal de alcanzar una madurez musical digna.
Y sí, en cierto modo han logrado reubicarse en su propio mapa sonoro, aunque el LP dista mucho de ser un disco redondo, porque “True Brew” mantiene muy bien el tipo durante la primera mitad del tracklist, pero una vez llegas a “Perfection Is Boring”, la cosa pierde fuelle y se vuelve algo irregular. Y para esto no tenemos una conclusión clara. No nos atreveríamos a decir si es que la banda cae en la monotonía, si el disco se hace demasiado largo, o si, simplemente, bajan un poco el pistón y se dispersan. Lo que sí que tenemos claro es que, probablemente, y visto el resultado, un acortamiento en la lista de canciones les hubiese hecho un grande favor. Un mayor filtraje hubiese sido un acierto. No obstante, que no se entienda esto como una crítica negativa, porque incidiendo en la primera mitad del LP –e incluso incluyendo cortes de la segunda mitad, como “Wall Of Doubt”, todo un himno; “Silent Suicide”, o el último corte del disco, “Believe In John”-, la banda, como decíamos, ha sabido recuperar parte de aquello que les convirtió en uno de los grupos más importantes del skate-punk europeo. Para ser un poco más concisos, podríamos decir que “True Brew” recupera la senda que el grupo estaba siguiendo cuando publicó “Kingwood”, y que venía de todo su trabajo anterior. Es decir, que vuelven a lo que mejor saben hacer: punkrock melódico desprovisto de artificios, algo que podrás comprobar desde el primer corte del disco. Guitarras, bajo y batería. Sobra lo demás. Pero además, acompañado de ese espíritu ‘Do It Yourself’ que el grupo siempre ha llevado asociado a su nombre, ya que la banda ha autoproducido el LP en términos económicos, contando con la producción musical del propio Nikola Sarcevic, y diseñando y produciendo todo el artwork, vídeos y fotografías promocionales. Sí, es cierto que edita Epitaph Records, pero algo han debido hacer bien a lo largo de su carrera, como para que un sello de semejante envergadura siga confiando en ellos a estas alturas.
Si a esto le sumamos que la banda sigue cantando al compromiso social en algunos de sus temas, como en “Sense & Sensibility”, todo adquiere el sentido que debe. Así que, aunque no es un disco que iguale la calidad de su obra magna, “Pennybridge Pioneers” –porque, seamos sinceros, eso es harto complicado-, se aproxima mucho a lo que hicieron en aquél álbum. Y eso, a estas alturas de su carrera y, sobre todo, después del patinazo que supuso “Machine 15”, es todo un hito. De este modo, sólo nos quedaría ‘pedirles’ una cosa: que no se demoren tanto en publicar un nuevo LP. Ocho años se han antojado eternos. Demasiado. Tanto, que musicalmente hablando, muchos les daban por muertos.
De nuevo: bienvenidos. Y por mucho tiempo.