Estar en el lugar correcto en el momento exacto. Así podría resumirse la llegada de la nueva entrega de
The Story So Far , una de las bandas que lidera esa hornada de grupos que, bajo el paraguas de bandas como
Four Year Strong y
A Day To Remember -o sus hermanos mayores
New Found Glory y
Blink-182 , entre otros-, centran su propuesta musical en un modo de hacer música enfocado en desarrollar un núcleo compositivo con un nivel de intensidad considerable, sin perder en el camino ni un solo ápice de sensibilidad melódica. Un grupo dedicado en cuerpo y alma a reelaborar -o darle una vuelta de tuerca- al maltrecho y maltratado punkpop, y que libera su nuevo trabajo discográfico justo en el instante en el que ya casi podemos acariciar el verano. ¿Existe mejor momento?
De esta forma, lo que caracteriza a este disco ya es conocido de sobra por todos los seguidores de la banda y del género. No obstante, en esta ocasión se han centrado en dos aspectos básicos. El primero de ellos, en ofrecer una producción muy directa –más aún si cabe-, centrada en el impacto rítmico y melódico de las canciones, hilvanado todo ello por la contundencia que ofrecen las guitarras. Un instrumento que, sin ser específicamente rítmico, escolta perfectamente al bajo y a la batería a la hora de perfilar las estructuras y acentos de las distintas secciones del álbum; que, a su vez, exhibe unas líneas de batería realmente dinámicas, sin la necesidad de caer en los clichés que tanto daño han hecho al género en los últimos años. Fluye, sin más. Y el segundo de ellos, en las letras. Y es que Parker Cannon y su banda, han puesto gran parte de los esfuerzos en dedicar un buen puñado de letras del disco a la relación fallida entre Cannon y su ex, algo que puede llegar a saturar –porque no es un tema nuevo en su discografía-, pero que, en este sentido, ha contribuido muy probablemente al hecho de que en este LP, la voz se muestre más ‘real’ que nunca. Es decir, más sincera a la hora de cantar sobre las cosas que canta. Con contundencia y emoción a partes iguales, sabiendo recoger ese sentimiento de desazón que tantas personas han experimentado en situaciones similares. Y si comparamos su rango tonal con la interpretación vocal que ofreció en el primer disco de la banda, las diferencias –para bien- son más que evidentes. La edad es un factor a tener en cuenta en un vocalista, y en el caso de los grupos que comienzan su andadura cuando son muy jóvenes, mucho más. La madurez es un grado, y este LP, en el contexto de la carrera del propio grupo, es un claro ejemplo de ello.
Insistimos en la idea inicial de esta reseña. Aunque
The Story So Far no van a aportar nada sustancialmente novedoso, trabajan duro para ofrecer algo contundente y con matices que insisten en apuntar hacia otras direcciones; y llegan, como decíamos, en el momento justo del año. Como buenos aficionados y practicantes de punkpop, saben a la perfección qué es exactamente lo que la gente espera encontrar en un disco del género. Saben muy bien cómo y cuándo entregarlo, y qué es lo que ha empezado a saturar o lo que se echa en falta. Y eso, junto a su propia aportación personal, es lo que hace que la propuesta que nos ofrecen guarde ese curioso equilibrio que crece escucha a escucha.
¿Les falta algo de riesgo? Probablemente, pero es que aunque el punkpop parezca algo simple de ejecutar, entraña una complejidad basada en esa mezcla entre lo que espera el público –que conoce muy bien el estilo- y el cómo una banda, sin comprometer demasiado esa expectativa, pretende estirar los límites del género en sí mismo. Así, y a tenor de lo que hemos escuchado en este nuevo LP, su aportación arroja consistencia a una escena que en los últimos años parece haberse diluido en una amalgama de tendencias que no acaba de concretarse en una corriente sólida. Y con todas estas premisas, no hay duda de que el futuro del grupo se antoja prometedor.