Si hay algo que funciona –pero que funciona de verdad, no que seas tú el único que crea que funciona-, ¿para qué narices vas a cambiarlo? O dicho de otro modo, si hay algo que te gusta hacer y, encima, lo haces bien, ¿para qué vas a andarte con tonterías? Lo sigues haciendo, y no hay más vueltas que darle. Pues en esas están los valencianos Los Brackets, porque si en 2010 nos dieron un buen arreón de punkpop con su disco de debut, “Bracketsmanía”, lo que nos traen en 2015 es otro buen pildorazo de puro punkpop. Continuación lógica –y aplastante- de su primer disco, “A Propulsión” representa a una de las bandas que puedas escuchar que mejor perfila el sonido más veraniego que uno pueda imaginarse.
Así, en este nuevo trabajo, el grupo sigue destilando melodías por todos lados, ritmos y estribillos pegadizos, y letras que siguen redundando en temas con los que es fácil sentirse identificado; hablando de chicas, películas míticas de esa generación que bordea los treinta y tantos, y un cierto toque freak. Ahí tienes canciones como “Paradoja Temporal”, todo un homenaje a la saga Regreso al Futuro; “Brackestein”, una curiosa forma de traerse el argumento de Frankenstein al universo Bracket; o “Virus”, un tema que habla de la adicción y el placer que nos provoca escuchar música, pero desde un punto de vista freak, comparándolo a una plaga. Y así podríamos continuar con todos y cada uno de los trece temas que componen este álbum. Sorprende la fluidez con la que suenan las letras, propia de bandas veteranas de este tipo de sonido, como Airbag; mientras en lo musical sobra decir o mencionar cualquiera de los grupos que, inevitablemente, van a venirte a la mente cuando empieces a escuchar el disco. Cabe señalar, eso sí, la incorporación de Borja de los desaparecidos Newake como nuevo miembro del grupo, quien ahora se une como vocalista a la banda, contando así con tres voces, algo que funciona a las mil maravillas, aunque el peso de las mismas siga recayendo en Hugo. Todo un acierto. El disco, además, guarda alguna que otra sorpresa, como la tremenda punk cover que se han marcado del clásico de Abba “Mamma Mía”, titulado “Madre Mía” para la ocasión. Una adaptación tremenda, de esas que no te imaginas, que crees que es imposible versionar en formato punk. Pues no. Los Brackets han demostrado que no, que se puede, y que además se puede hacer bien.
Y todo esto nos recuerda a lo necesario que es que haya bandas que, independientemente de que el estilo que practican nos llegue por influencia internacional, se decidan a cantar en alguna de las lenguas de nuestro territorio. Principalmente por un motivo: la accesibilidad y la conexión con el público estatal. Sí, se podrá pensar que en inglés se tiene mayor alcance a nivel mundial pero, seamos realistas, ¿cuántas bandas estatales que practiquen este tipo de estilos han logrado
triunfar en el extranjero por cantar en inglés? Quizá no muchas más de las que lo han hecho cantando en su lengua natal. Pero este sería otro debate, interesante, sin duda.
En definitiva, lo importante es que Los Brackets han publicado su esperado segundo disco. ¿Lo único malo del asunto? Que nos han hecho esperar cinco eternos años. Ya les vale.