Estamos de enhorabuena. Sí, porque hoy, de nuevo, nos hemos vuelto a topar con uno de esos artistas estatales que demuestran que, por mucho que el mainstream más comercial y controlado por tres o cuatro corporaciones se empeñen en lo contrario, existe un sustrato musical que está generando un tejido sonoro la mar de interesante y que, a su vez, hunde sus raíces en otras tierras, llevando a cabo un proceso de asimilación de estilos y géneros que se ven reflejados en discos como el que tenemos entre manos: “Welcome Home” de Joan Queralt. Es muy probable que hayas oído hablar de él, ya que éste es ya su segundo trabajo; pero si no lo has hecho, no desperdicies la ocasión de ponerte manos a la obra y darle la oportunidad que merece su música.
Así, su propuesta en este LP nos trae a la mente un tipo de sonido muy concreto, que a su vez pinta vastos paisajes, carreteras polvorientas, montañas y bosques frondosos. Sus raíces en el rock americano son más que evidentes, y por la calidad de su
performance le ubican al lado de los representantes con más solera del género, como podrás comprobar en temas como “U-Hu” o la tremenda "Old Fashined". Pero además, Joan incorpora algunos elementos que, aun encajando perfectamente en la mezcla, sugieren ecos a otros ritmos, a otros lugares del mundo y a otros sonidos. De este modo, en canciones como “King Of California” vas a encontrar trazas de música árabe y brasileña, influencias que en lugar de ser guiños evidentes, se muestran más como algo transversal, plasmándose en pequeños dejes aquí y allá, bien sean melódicos o rítmicos. Una muestra más de lo que diversos autores han venido defendiendo desde hace ya unos cuantos años. No hablamos de propuestas similares entre ellas, sino un mismo concepto: ese que encuentra puntos en común entre diversos folklores y lo ve reproducido en sonidos más modernos, como también ocurre en el caso de Th’ Booty Hunters.
El resultado es un disco predominantemente acústico, muy evocador del tipo de sonido y ambientes que hemos descrito anteriormente, sutil y con buen gusto. Se trata de un álbum muy musical, armonioso y tranquilo. Por su puesto, hay momentos y momentos, temas que muestran distintas dinámicas y canciones que se atreven con crescendos; pero el espíritu global del álbum es de armonía y paz, expresadas ambas a través de un conjunto de ocho temas que navegan por las aguas de diversos estilos cuyo telón de fondo es ese tipo de rock conocido como ‘americana’. Ese tipo de música que te hace pensar en escaparte a la montaña, en retomar el contacto directo con la naturaleza.
No te lo pierdas.