Diez años después de haber publicado su primer LP,
The Falcon han decidido retomarlo donde lo dejaron. Como muchos ya sabréis, se trata del proyecto paralelo de Brendan Kelly y Neil Hennesy (
The Lawrence Arms ), Dan Andriano (
Alkaline Trio ) y, más recientemente,
Dave Hause (
The Loved Ones ), quien se ha incorporado hace apenas unos meses como segunda guitarra. Por esta razón, muchos les llevan considerando un ‘supergrupo’ desde el año 2006, y lo cierto es que, aunque no tengan la visibilidad que, quizá, tengan otras bandas similares o proyectos paralelos considerados del mismo modo, el caso de
The Falcon es digno de ser tenido en cuenta. Y no ya por el caché de sus miembros (que también), sino por la propuesta que nos ofrecen, muy especialmente, con este nuevo disco, “Gather Up The Chaps”.
Se trata de un álbum surgido como fruto de la amistad que une a los miembros de
The Falcon –no en vano, han coincidido y colaborado en numerosas ocasiones a lo largo de estos años-; porque sin ser un proyecto al que le dediquen todo su tiempo, y sin ser un algo tomado demasiado en serio en ese aspecto, la banda encuentra la libertad suficiente para liberarse de cualquier atadura y dar rienda suelta, así, a aquello que les apetezca hacer en cada momento. Una premisa que les ha llevado a dar con un resultado más que destacable, plagado de ironía, temas oscuros, otros algo menos, y ninguna intención de tomarse en serio a ellos mismos, aunque al mismo tiempo traten al proyecto con el debido respeto.
Tanto es así, que en lo musical es muy probable que te lleves una grata sorpresa si decides darles una oportunidad, y muy especialmente con este nuevo álbum. Porque, en este aspecto, la banda cuenta con las credenciales de una serie de músicos que han demostrado con creces su talento como autores. De este modo, el fruto que pueda dar la puesta en común de ideas no puede ir mal encaminado. Así, vas a toparte con estribillos como los de “War Of Colossus”, “Sailor’s Grave” o “The Fighter, The Rube, The Asshole”, entre otros, donde vas a poder apreciar la influencia de Dan Andriano y
Dave Hause , especialistas en proveer calidad en casi todo aquello que tocan, sin dejar de lado la vertiente más áspera, aportada por Brendan Kelly, quien se muestra absolutamente desatado a lo largo del álbum; o la sorprendente “Dead Rose”, un tema mucho más pausado, más rock en el sentido más amplio del término, y bastante reflexivo en lo que se refiere a la impresión que causa al escucharla.
Así, aunque su propuesta está basada en el punkrock en general, el devenir del disco y del desarrollo de los temas que lo componen, pueden hacer que intuyas distintas derivas por las que la banda acaba transitando. De esta forma, cuando te decidas darle al play, te sumergirás en una corriente que te llevará del punkrock de ecos ramonianos, al hardcore melódico, para ir a parar a canciones que te recordarán de un modo muy claro al punkrock and roll de tintes pop que tan bien supieron desgranar
The Loved Ones , como podrás comprobar temas como “If David Did It”. Una mezcla la mar de interesante que sólo nos hace desear una cosa: que la banda siga con intención de continuar haciendo música y que, sobre todo, no tarde otros diez años en publicar nuevo material.