Hay bandas que dedican un disco entero a deshacerse de los demonios y fantasmas que quedan pululando en el vacío que se origina cuando uno vive una ruptura sentimental. Como hemos dicho en otras ocasiones, es un proceso de catarsis, algo casi terapéutico, que ayuda a sanarte por dentro. No es nada nuevo. De hecho, es algo más viejo que la tos, y se remonta a los albores del rock ‘n’ roll y el blues; y además, es algo que bandas como
The Story So Far han venido haciendo en los últimos años –por acercanos al género que nos ocupa la reseña-. Y he ahí la pega: porque aunque el hecho en sí sea algo que se ha hecho (y se hará) toda la vida, el modo en que se hace se nos antoja, casi, como un copia-pega fe forma.
Es posible que no sólo ahí esté el problema, sino que sea un conjunto de elementos los que nos suenen ya demasiado. Que el punkpop no es terreno para la innovación de vaguardia musical está claro (aunque, bueno, ahí tenemos a bandas como
Fidlar , tratando de darle una vuelta de rosca al asunto), pero de ahí a que todo acabe sonando exactamente igual, debería haber un trecho. Desde la producción, hasta el modo de plasmar las letras, pasando por el tratamiento sonoro, las estructuras de las canciones y los recursos empleados. Todo ello se repite disco tras disco, banda tras banda, y nos lleva a esa exasperante e inevitable sensación que nos lleva a pensar que todo eso ya lo hemos oído antes.
Y es una verdadera lástima. Porque en casos como los de
Like Pacific , con este disco de debut, (o los propios
The Story So Far ), dejan asomar algunos detalles que, quizá liberados del corsé del punkpop moderno, tendrían una interpretación muy distinta a la que se le da finalmente en discos como “Distant Like You Asked”, y sonarían, sin duda, muy diferentes. Esto nos lleva a pensar en el concepto actual del punkpop en sí mismo. Y es que, si nos remontamos a los años 80, y hacemos un repaso hasta la actualidad, casi podríamos observar cómo el género, en cuanto a estética sonora o forma se refiere, ha ido encauzándose hacia una especie de cuello de botella donde la variedad de matices que podíamos encontrar en los 80 y 90 –incluso en la parte más mainstream del punkpop-, ha sido filtrada y reducida a un mismo planteamiento estético, que nos lleva a que todas las bandas suenen exactamente igual (insistimos, en el lado más mainstream).
En cualquier caso, y si intentamos dejar de lado esta reflexión, encontramos que
Like Pacific son capaces de ofrecer pequeños atisbos de personalidad. Es el caso de temas como “Richmond” o “22a”, que quizá llaman algo más la atención que el resto de temas del álbum, pero son momentos tan escasos, y tan efímeros, que la tónica general acaba encaminándose en la misma dirección que sus coetáneos. Al final, es imposible que escuchando el disco no se te vengan a la mente bandas como
Neck Deep ,
Four Year Strong , Knucke Puck,
The Story So Far , y todo el elenco de grupos del ramo.