En pleno 2016 es más que probable que la mayoría de gente considere el rap metal como un género muerto, y quizá ese sea su estado clínico si pensamos en rap metal como aquél género que a principios de los 2000 enarbolaban bandas como
Limp Bizkit o
Linkin Park. Ahora bien, si observamos la propuesta que nos ofrecen
Hacktivist en su disco de debut, es bastante fácil que podamos afirmar que el rap metal, lejos de haber muerto, se ha transmutado en algo sensiblemente diferente. Tampoco es algo nuevo, pensaréis muchos, porque ahí hay bandas como
Enter Shikari , por poner un ejemplo bastante conocido; grupos que, de algún modo, recogieron el testigo de aquél tipo de cross over para desarrollar otras propuestas que, sin ser exactamente lo mismo, comparten bastantes elementos en común.
Así, y en esta misma senda, podríamos ubicar a los británicos
Hacktivist , una banda que lleva el cruce de estilos un paso más allá, y que partiendo de una base que nos suena verdaderamente familiar, se desplaza hacia límites que rozan lo disonante, rompiendo dinámicas de forma constante y desplazándose de lado a lado opuesto sin despeinarse (llevándolo al extremo en canciones como “Elevate”). Por concretar un poco, si quisiéramos dar algunas pinceladas de los géneros de los que se nutren, podríamos mencionar al rap metal, como ya hemos indicado anteriormente, pero también al hardcore, el metalcore y el posthardcore. Así, en temas como “Taken” se aproximan a la visión de grupos como
Enter Shikari –pero no les llegan ni a la suela de los zapatos en las letras-, mientras en cortes como “Deceive and Defy” se desplazan hacia el lado más bruto del metalcore. Y el resultado es un álbum exuberante, abiertamente explosivo, y en el que
Hacktivist han puesto todo el empeño en ofrecer una carta de presentación consistente, en la que fundir una retahíla de elementos apabullante, aderezada con una buena dosis de electrónica, que se hace la mar de disfrutable en canciones como “The Storm”.
Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. Según avanza la cantidad de escuchas que le das al disco (y no son necesarias demasiadas), vas a darte cuenta de que el conjunto acaba antojándose monótono y poco original. Y es curioso, porque la banda ha tardado casi cuatro años en crear este álbum, algo que sorprende, especialmente, cuando la sensación que acaban trasladando al oyente es la de haber hecho algunas cosas como con prisa y a última hora, revisando material de otra década para reproducir una fórmula. Quizá hayan relegado la responsabilidad de la originalidad del disco a la variedad estilística que han sido capaces de integrar en él, pero eso, sin acabar de imprimirle una personalidad propia, da al traste con gran parte del esfuerzo. Y eso es, precisamente, de lo que adolece “Outside The Box”.
Quizá el formato LP se les quede grande, no lo sabemos, pero lo cierto es que en los EPs previos al lanzamiento de este álbum, la cosa era bastante más prometedora, y la fórmula presentada era mucho más efectiva de lo que acaba resultando en este disco de debut, o tal vez el derroche de técnica, cambios de ritmo y contundencia estuviese enmascarando una realidad más monótona, no estamos seguros. En cualquier caso, tenemos la impresión de que, en directo, la banda debe ser todo un espectáculo, así que estaremos pendientes de ellos y de sus próximas publicaciones.