Por desgracia, lo que Evaristo Páramos venía cantando hace años, concretamente desde los tiempos de La Polla Records, ha dejado de ser algo aparentemente profético para pasar a ser algo 100% descriptivo de la realidad (pasado, presente y, probablemente, futuro) que nos ha tocado vivir. Y no es que hace 30 años todo aquello no estuviese sucediendo –por eso lo de “aparentemente”-, sino que ahora todo ha llegado a un extremo obsceno y más que evidente. Y lo más curioso: o la mayoría de nosotros no se da cuenta, o todavía peor, no quiere darse cuenta.
“Sigo caminando entre la basura, ‘rodeao’ de zombies que caminan como yo […] Éramos humanos, ahora vete tú a saber. Aprendemos cómo convertirse en nada, vamos camuflados entre la manada.” Dinos si esto no describe la absurdez del mundo en el que vivimos.
Gatillazo lo canta claro: nos están convirtiendo en nada, nos están deshumanizando y nos están bombardeando con propaganda mediática cuya única finalidad es instalar corrientes de opinión oficialistas, que no hacen otra cosa que instaurar el pensamiento único entre todos. Y el que no opine igual, será criminalizado. “El Poder del Metal” es bastante explícita con respecto a este asunto, al grito de versos como ‘y nuestros muchachos disparando democracia’, en una afiladísima crítica al modus operandi de Occidente con respecto al Medio Oriente. Pero no queda ahí la cosa, porque la banda reparte a todas las facetas del sistema por igual, y lleva a cabo críticas tan ácidas como la que cantan en “Skk”, un tema que hace un repaso a la historia más reciente de nuestro Estado, al sistema partidista y al modo en el que la derecha y la izquierda se han retratado a lo largo de los últimos años. Todo ello en apenas dos minutos y medio de duración. Y en realidad, si lo comparamos con su anterior trabajo, “Siglo XXI”, comprobamos que todo eso que cantan y critican, no ha cambiado un ápice desde entonces.
Pero Gatillazo se encargan de recordarnos, no obstante, que seguimos siendo igual de idiotas que hace dos, cinco, diez y treinta años. En general, mucha gente tiene la impresión de que los tiempos han cambiado, cuando en realidad, tal y como decía Giuseppe Tomasi di Lampedusa en su novela “El Gatopardo”, sólo se han cambiado algunas cosas para, efectivamente, no cambiar nada. Y es ahí donde Evaristo hace hincapié disco tras disco y canción a canción. Canciones que, por cierto, suenan de maravilla. Punkrock melódico con un evidente regusto a punkrock melódico americano, muy bien producido, en la línea de bandas como Boikot, por ejemplo, que son capaces de recordarnos a bandas extranjeras, al tiempo que suenan a lo nuestro. Escucha, si no, canciones como “Podredumbre”, “Siente el Pánico”, “Cómo Convertirse En Nada” o "Desde el Cariño", una oda a las hordas de tertulianos que campan por las televisiones.
Y es que, al final, tal y como decíamos en la reseña de “Siglo XXI”, Gatillazo se empeña en ponernos el espejo en nuestras narices. Nos obliga a mirarnos a los ojos a nosotros mismos; a mirar lo que sucede a nuestras espaldas y a admitir que, en parte, nuestra pasividad es cómplice de lo que sucede. Nos pone la realidad frente a nosotros, nos obliga a asumir la parte que nos toca, y lo hace a golpe de punkrock, aunque algunos sigan siendo sólo “moscas en una red social”, pasmados ante una pantalla.