De cuando en cuanto, resulta curioso echar la vista hacia atrás y repasar la trayectoria de los grupos que, por algún motivo, nos han enganchado más a lo largo del tiempo. En muchas ocasiones, eso supone indagar en grabaciones que, a veces, son muy difíciles de encontrar. Hoy en día, ese problema es algo menos común, ya que, con Internet, es posible localizar, incluso, maquetas y grabaciones que, de no ser así –y de no ser por aquellos que deciden compartirlas-, sería imposible escuchar. Este hecho es algo en lo que algunos sellos se han fijado, y, en los últimos tiempos, hemos visto cómo algunos de ellos se han lanzado a reeditar grabaciones antiguas de bandas que han alcanzado un nivel de popularidad determinado. ¿El objetivo final? Mostrar, por un lado, cuál es el origen de esas mismas bandas, y por otro, recuperar grabaciones que, aún hoy en plena era digital, quedarían relegadas al ostracismo.
Éste es el caso de “Nineteen Eighty Eight”, una recopilación llevada a cabo por Theologian Records, con la que se pretende recopilar y recuperar algunas de las primeras grabaciones de
Pennywise. Se trata, fundamentalmente, de dos EPs: “A Word From The Wise” y “Wildcard”, además de la inclusión de diversos temas y covers aparecidas en distintos recopilatorios durante esa misma época. Estamos hablando de grabaciones del año 1989 y de 1994. En este sentido, el disco es un viaje al pasado, una época en la que el punk y el skate punk tenía aún un significado y suponía un signo de identificación o de pertenencia a algo, más allá del postureo. Los temas que se incluyen en este recopilatorio conectan directamente con la escena punkrocker Californiana de finales de los años 80. Aquella en la que bandas como
NOFX ,
Bad Religion o
The Offspring empezaban también con sus respectivas carreras. Supone el reencontrarse con un conjunto de bandas que, al rebufo de los pioneros del punk de los años 70 en Reino Unido, mostraban su disconformidad con el sistema al otro lado del charco, dando lugar al germen que sentaría las bases del hardcore melódico, un género que, aunque no lo parezca, influiría sobremanera en multitud de bandas, dando lugar a un estilo más refinado con el paso del tiempo, y en el que algunos sellos discográficos pusieron el ojo.
En este sentido, vas a encontrarte justo con eso: canciones directas, con la producción mínima, pero en las que, al mismo tiempo, se aprecian las bases de lo que poco tiempo después evolucionaría hacia el sonido que ahora más relacionamos con Penniwyse. Sorprende, por otro lado, la cover de Ben E. King, “Stand By Me”, una versión que respeta la visión original de la canción en su primera mitad, pero que la banda no tarda mucho en llevarse a su terreno hacia la segunda mitad del mismo. Toda una sorpresa que ayuda a comprender la diversidad de fuentes de las que bandas como ésta son capaces de beber. Sólo así se puede explicar el enfoque melódico de este tipo de grupos que irrumpieron en la escena californiana durante aquellos años.
En definitiva, estamos ante una publicación evidentemente nostálgica, que nos retrotrae a una época que ya queda bastante alejada, pero que no conviene olvidar. Y se nos antoja como algo positivo que sean los propios grupos los que, con el paso del tiempo, se decidan a bucear entre su material más antiguo, porque seguro que les ayuda a poner las cosas en perspectiva.