Belvedere fue una de las bandas que más impacto tuvieron en el skate punk de hace unos 10 años, y que más ayudaron a crear una especie de escena de eso que por entonces muchos llamaban hardcore melódico técnico –y de entre cuyos exponente encontramos a grupos como
Mute , o
Rufio , entre otras-. El conjunto canadiense logró asentar una base de fans convertida en verdaderos devotos del hardcore melódico. Y es que, con álbumes como “Fast Forward Eats The Tape”, el grupo consolidó un estilo propio que, sin ser una invención suya, despertó a hordas de imitadores o de artistas que, simplemente, cayeron rendidos ante la velocidad y la energía de este género
Así, en 2016, la banda ha decidido publicar un nuevo álbum con el que despertar del letargo discog´rafico y tratar de recuperar, en parte, el tiempo perdido durante este “hiato” que el grupo decidió emprender hace ya unos años. E, igual que ocurre con todos los álbumes de regreso, las expectativas generadas eran bastante elevadas. Sobre todo, si esas expectativas vienen marcadas por la duda. ¿Serán capaces de mantener el nivel musical que nos mostraron hace 10 años?
Pues sí. Nadie diría que ha habido un lapso de tiempo tan abultado. Escuchando “The Revenge of the Fifth”, no parece que el tiempo haya pasado por
Belvedere. Desconocemos cómo trasladaran estos temas a los directos, pero desde luego, la banda muestra en estas grabaciones, una intensidad y nivel de energía que, aunque pueda mostrar matices, no tiene nada que envidiar a lo que hicieron hace una década. No vas a encontrar aquí ningún atisbo de cambio, ninguna intención de ofrecer algo diferente a lo que han venido ofreciendo desde hace… ¿20 años? Tampoco sería el momento ni el lugar. Anunciar un regreso y ofrecer algo muy distinto a lo último que ofrecieron, hubiera sido un desatino de proporciones bíblicas, especial para una banda underground que, sobre todo, se nutre de la fidelidad de unos seguidores que están ahí para escuchar, concretamente, una cosa –y no otra-.
Ahora bien, hay matices que desgranar. Los más puristas observaran que la banda tiende, de forma sutil, a ralentizarse en algunos temas. No es algo alarmante desde el punto de vista purista, como decíamos, pero es algo que debes saber y que, si lo piensas, es de lo más lógico (el tiempo no pasa en vano, vaya). No obstante, nos ha parecido que les sienta bien, y que dar algo más de aire –por poco que sea- a los temas –o a algunos de ellos-, es algo que les hace ganar en dinámica y feel, sin perder demasiado el punch que muestran en temas como, por ejemplo, “The Architect”. Y es que, al final, ni
Belvedere está aquí para jugar demasiado con la fórmula del skatepunk, ni, probablemente, estén interesados en ello. Al final, ellos saben muy bien quién es su público potencial y, sobre todo, cuál es su sitio en este mundillo. ¿Qué sentido tendría jugársela demasiado? Ninguno, ¿cierto? Pues si estás de acuerdo con esto, vas a gozar de lo lindo con este nuevo disco del grupo.