Aún se nos viene a la mente aquella sensación que nos quedó tras haber escuchado el primer disco de
Bon Iver. Las primeras escuchas impresionaban, pero con cada vuelta que le dábamos al mismo, nos empapábamos más y más de todos los matices, de la fragilidad y desnudez que transmite, de la verdad que narra… y una vez hecho nuestro, acabábamos pensando… y ahora, ¿qué? Pues, bien, en esa pregunta está la clave que define la opinión que nos merece el segundo LP de
Bon Iver , y, por ende, esta misma reseña.
No queremos, ni por asomo, dar la impresión de que este segundo disco nos ha defraudado, ni que nos haya sabido a poco. De hecho, es más bien todo lo contrario; pero el problema está en que su predecesor fue una obra maestra absoluta. Justin dejó el listón muy alto; tanto, que el resultado de aquél primer trabajo ensombrece, inevitablemente, los buenos resultados obtenidos en este. Y no es que las canciones no lleguen a un nivel destacable, que lo hacen, sino que quedan empequeñecidas ante, por ejemplo, lo que Vernon fue capaz de transmitirnos en canciones como la archiconocida “Skinny Love”, “Re: Stacks”, o “The Wolves”.Y empequeñecen porque, aunque “
Bon Iver ”, que así se titula este álbum, goza de variedad, de dinamismo, de capacidad de envolverte y de contar algo, adolece de lo más importante: la verdad que dio origen a su primer LP. Y es que, lo que inspiró a “For Emma, Forever Ago” era algo tan real, humano y sincero, tan puro y tan virgen en la forma de plasmarlo, que se nos antoja algo irrepetible e inigualable. Eso lo convierte en una pieza única, y coloca a Vernon en una tesitura compleja.
No obstante, ante una situación así, Justin ha salido del paso con una colección de temas que, bueno, si bien no gozan de la atmósfera que capturó en el primer álbum, consigue plasmar un universo más elaborado, con una diversidad diferente de matices. La electrónica se abre paso en determinados momentos, y los arreglos se ubican ahora en capas que nos desvelan que, en esta ocasión, la grabación sucedió de un modo radicalmente opuesto a la del primer álbum. Una aproximación más estándar, por así decirlo, pero no exenta de feeling. Sin embargo, cuando te dejas atrapar por el álbum, acabas llegando a una conclusión: “
Bon Iver ” supone un movimiento elegante y certero en su carrera y como sucesor del primer LP. Un álbum que, aún tratando de capturar parte de la esencia que desprendía “For Emma...”, quiere huír de la misma, con las miras puestas en intentar evitar convertirse en una parodia de sí mismo, escapando a la sombra del primer trabajo, y marcando las pautas que, quizá, le lleven por otros derroteros en el futuro más inmediato. Y va buscando expandirse y abrirse al mundo, mostrando con más claridad todo aquello que, en lo musical, es capaz de inspirarle. Es la demistración de que, al final, esto no es más que el comienzo de una carrera que, aún a día de hoy, no sabemos muy bien hacia qué vertientes puede acabar desembocando, aunque en algunas de las canciones de este y el primer disco, Vernon ya nos haya dado algunas pistas.
En definitica, “
Bon Iver ” es un más que digno sucesor de “For Emma, Forever Ago”, y supone un paso más allá dentro de la lógica que cabría esperar de un nuevo álbum de
Bon Iver.