Cuando en 2004
Green Day protagonizaron uno de los retornos discográficos más potentes de aquellos años, tuvimos la sensación de que el grupo estaba resurgiendo de una especie de letargo. Y no es que sus discos anteriores fuesen malos, más bien al contrario, pero la banda –cuando para muchos ya estaba acabada- se presentaba ante nuestros ojos y oídos de un modo tan distinto a su disco anterior, que parecía increíble. Después, un ejercicio de marketing y branding brutal hizo el resto. De hecho, aquél año fue una verdadera locura, y
Green Day fueron catapultados –por segunda vez en su historia después de “Dookie”- a una vorágine de fama y giras por todo el mundo. Después de aquello, de lo forzado que sonó “21st Century Breakdown”, y de la extravagancia de la trilogía posterior, esa chispa fue apagándose –al menos en lo musical-, bien por querer sobreexplotar la fórmula, bien por problemas personales que condujeron al grupo a un parón necesario, en el que no sólo Billie Joe se rehabilitara de su alcoholismo, sino en el que la banda se rehabilitase de sí misma.
Así, cuatro años después del lanzamiento de la trilogía “Uno”, “Dos” y “Tré”, la banda publica “Revolution Radio”, un disco que demuestra dos cosas: que echan de menos mucho de lo que hicieron en el pasado, y que para solucionarlo han tirado, un poco, del recurso fácil. No te extrañe que, mientras escuchas “Revolution Radio”, tengas flashbacks continuos a “American Idiot” porque, aunque no es un calco de aquél, hay mucho de lo que hubo en ese disco y suena más lógico como continuación de éste, que lo que lo hizo “21st Century Breakdown”. Por un lado, es bueno recuperar el feel
Green Day. Es decir, si algunas de las quejas que recibió la trilogía eran que no sonaba a
Green Day , con “Revolution Radio” eso desaparece, como desaparece la grandilocuencia. Pero, por otro lado, el tipo de sonido que han recuperado es muy parcial. Como decíamos, se identifica muy fácilmente con la era de “American Idiot”, y no hay casi rastro de matices anteriores que hicieron a
Green Day verdaderamente especiales. Es una sensación extraña que nos deja a medias. Porque al final uno acaba pensando… ¿es esto lo máximo que se puede esperar de los autores de “Dookie”, “Insomniac”, “Keplunk” o “Nimrod”? No queremos decir que tengan que repetir aquellos discos, pero vaya, se entiende lo que queremos decir. Eso por no mencionar la frase de marras de Billie Joe en Twitter; aquello de que iban a destruir el punkpop. Ni sabíamos a qué se refería ni, ahora que el disco está en la calle, sabemos a qué se refiere.
Por suerte, en este nuevo álbum hay buenas canciones y momentos de brillo, que acaban dando cierta consistencia al conjunto. Temas que, desprovistos de la parafernalia de otras ocasiones, destacan por mérito propio. Es el caso de “Youngblood” o “Forever Now” –otro tema de casi 7 minutos-, canciones con melodías que hubiesen encajado en “Nimrod” o “Warning” perfectamente; o “Still Breathing”, corte de evidente enfoque pop, pero con una melodía bien pegadiza. Pero, sobre todo, es un álbum que recupera el tono clásico del sonido de
Green Day –aunque no la intención-: guitarras potentes y distorsiones más contundentes. Menos rock alternativo y más punkrock; canciones que recuerdan, ligeramente, a los días de gloria de la banda. Nada de pretenciosidad ni grandes conceptos detrás del disco. En cierto modo, es un ‘back to the basics’ en toda regla. Y sin embargo sigue faltándonos algo. Quizá algo más de velocidad, de rabia espontánea. Más “Geek Stink Breath” y menos “American Idiot”. Todavía más crudeza. Pero esto, quizá, sea algo muy sujeto a gustos personales.
En definitiva, y aun con la sensación de habernos dejado a medias, “Revolution Radio” es infinitamente preferible a “21st Century Breakdown”, y casi al 50% del material que incluyeron en la trilogía anterior -de la que, sinceramente, deberían haber extraído sólo lo mejor y haber publicado el discazo que hay ahí oculto-. Y al final, si esto sirve para que
Green Day intenten volver a acercarse un poco a lo que fueron, bienvenido sea.