Casi nos atrevemos a decir que siempre que
New Found Glory publican un nuevo disco, es sinónimo de buenas noticias para el punkpop. Y es que, hasta la fecha, no ha habido ningún disco que nos haya disgustado o decepcionado en su totalidad. Sí, es cierto que ha habido algún que otro álbum que, bueno, quizá nos ha parecido más flojo que otros –algo totalmente normal, por otra parte-, pero New Found Gory siempre acaban ingeniándoselas para ofrecernos discos que nos hagan recuperar la fe en ese sonido tan particular del punk pop de principios de los años 2000. En eso, son unos auténticos maestros. Nadie como ellos sabe proveer de buenas canciones a los seguidores del género, y aunque en ocasiones tiren más hacia un sonido más poppie (como ocurrió en “Radiosurgery”), o en otras viren hacia un enfoque más duro (véase “Resurrection”), siempre acaban sonando a ellos mismos, para lo bueno y para lo malo.
En el caso que nos ocupa, la banda ha vuelto a hacer de las suyas por partida doble. Por un lado, “Makes Me Sick” es todo aquello que cualquier fan old school del grupo podría esperar de su banda favorita: trallazos de punk pop pegadizo, con ese toque juvenil y veraniego que tanto les caracteriza; pero, por otro lado, el grupo ha sabido incrustar ciertos matices que nos hacen recordar discos como “Catalyst” que, en su día, ofrecieron cierto nivel de ruptura con el sonido anterior, y que acaban dotando de frescura al sonido de la banda. En este sentido, el grupo ha vuelto a tirar de sintetizador en algunos temas, y se ha estrujado bien el cerebro para intentar no ofrecer melodías demasiado manoseadas. “Call Me Anti-Social”, por ejemplo, ilustra perfectamente lo que estamos comentando. Es un tema que suena 100% a los
New Found Glory más clásicos, pero, al mismo tiempo, te das cuenta que hay algo que mira en otra dirección, con sutileza, pero con determinación.
En cierto modo, “Makes Me Sick” suena como una mezcla de “Catalyst”, “Radiosurgery” y “Resurrection” –aunque haya estribillos como el de “Happy Being Miserable” que nos recuerden a lo que la banda ofrecía en “Coming Home”-. Y, también en cierto modo, hay mucho de ese disco en esta nueva entrega. De manera que, observándolo en su conjunto, nos parece que la banda ha tomado una dirección acertada, con licencias como “The Sound Of Two Voices”, un tema con aires tropicales que, además de fresco, suena divertido. Y todo esto, a su vez, es el punto débil del disco. Porque, aunque se agradece la variedad y la frescura, el disco acaba sonando algo disperso y poco concreto. Está bastante alejado de la cohesión de álbumes como “Sticks and Stones”, “Coming Home”, “Not Without a Fight” o, incluso, “Resurrection”.
Es por ello que, tras varias escuchas, hemos llegado a una conclusión: “Makes Me Sick” es un disco más que decente, pegadizo y muy veraniego. Con algunas novedades que le dan cierta frescura al sonido del grupo, pero nos falta algo. Quizá algo más de contundencia, o quizá algo que se meta sin remilgos en un terreno todavía más pop, porque potencial tienen para hacerlo sobradamente bien –“The Cheapest Thrill” es un ejemplo claro-. En cualquier caso, es uno de esos álbumes que, nos da la impresión, acabará encontrando su propio hueco en la carrera del grupo conforme pasen los meses. Quizá no sea el mejor de su carrera, pero tiene contenido suficiente para engrosar la lista de temas coreables en los conciertos del grupo.