Ya tenemos aquí lo nuevo de
Bleachers , un disco titulado “Gone Now” del que, principalmente, nos ha encantado un aspecto: las conexiones que establece con su predecesor. Y no es que lo haga al modo tradicional, es decir, siendo un álbum meramente continuista, sino que Jack Antonoff recoge la esencia de su anterior disco y la emplea para construir un conjunto de 12 nuevos temas que, al mismo tiempo, se lanzan a explorar territorios que, a nosotros, nos han traído ecos de grandísimas referencias. Pero vayamos paso a paso.
Muchos recordaréis que el primer disco de
Bleachers lograba un interesante equilibrio entre el optimismo y la oscuridad de haber pasado un período complejo. Sin embargo, en este disco, Antonoff se muestra liberado de aquella sombra, y explora sonidos más exultantes, aunque al mismo tiempo se adentra en otro tipo de inseguridades. La mezcolanza que se plasma en “Gone Now” es impresionante. Desde las referencias al synth pop y los ecos a los años 80 de temas como “Hate That You Know Me”, hasta la influencia del pop rock de tintes barrocos que exhibe en “Goodmorning” o "I`m Ready To Move On/Mickey Mantle Reprise" –temas en los que nos ha traído a la mente, aunque sea lejanamente, al trabajo que artistas como Brian Wilson y The Beatles llevaron a cabo en 1967, por el modo en que suenan los teclados o la cadencia de los temas, algo que apuntala la base rítmica de los mismos-. Hay también algunos dejes al R&B, y ciertos detalles que, incluso, nos han recordado a producciones de Elton John o
The Killers. Lo más impresionante es el modo en que Jack es capaz de producir un disco de pop cohesionado, pero diverso al mismo tiempo. Ya lo dijimos en la reseña de su primer álbum: posee una habilidad descomunal para moldear las melodías a su antojo de un modo magistral; pero es que, lo que ha hecho en esta segunda entrega no sólo pone el foco sobre las melodías, sino también sobre las bases que sustentan a estas. Y es ahí donde
Bleachers , en esta entrega, acaban eclosionando majestuosamente.
“Gone Now” es un disco plagado de detalles, consciente del conjunto de influencias que contribuyen a construir su propio sonido, pero transportado todo ello a un plano muy actual, casi vanguardista, que le da ese toque diferenciador con respecto a las referencias con las que trabaja. Y todo ello contribuye a crear esa atmósfera exultante de la que hablábamos hace unas líneas. Pero cuidado, que ese aparente optimismo conducido por grandes estribillos no te impida prestar atención a las letras, porque en ellas, Antonoff vuelve a mostrarse profundo. No en un sentido enrevesado, sino totalmente honesto. Ya lo hizo en su primer disco, pero aquí continúa con ese enfoque 100% honesto en todas y cada una de las letras del disco. Algo que, sin duda, contribuye a que los temas acaben clavándose bien hondo. Quizá ese sea el verdadero secreto de
Bleachers: la pureza de sus letras, el trasfondo real de las mismas, y el modo en que te las va colando a base de estribillos pegadizos –como puedes comprobar en “I Miss Those Days”, uno de los mejores temas del disco-. Y es que Antonoff consigue hacerte bailotear al mismo tiempo que te quedas pensando en eso que acabas de escuchar hasta el punto de ser capaz de dejarte clavado en el sitio. Y, aunque es cierto que en “Gone Now”, se muestra ciertamente más optimista que en “Strange Desire”, Jack sigue admitiendo sentirse perdido, y acaba retratándose, casi, como un desconocido para sí mismo.