Bien podríamos decir sin miedo a equivocarnos, que
Seether son una de esas bandas hijas de su tiempo. ¿Qué quiere decir esto? Pues que cuando les escuchas, y especialmente cuando recuperas álbumes como el que tratamos en esta reseña, se vienen de golpe a tu cabeza unas imágenes y unos años muy concretos. Algunos podríais decirnos que eso, básicamente, te ocurre con casi todos los grupos –que te recuerdan a épocas determinadas-, pero no nos referimos a eso, sino al modo en que representan la escena en la que se desarrollaron y a la época en la que se produjo su eclosión. Aunque, dicho sea de paso, hablar de ‘escena’ cuando se habla de
Seether es un poco complicado. Básicamente porque la banda, desde un principio, rechazó encajonarse en un tipo de sonido demasiado definido. En general, todo el mundo estará de acuerdo con nosotros si afirmamos que el grupo liderado por Shaun Morgan hace, básicamente, metal o metal alternativo; pero la realidad es que
Seether va un poco más allá, y desdibuja los límites de sus canciones, aproximándolas a otros estilos como el grunge –de ahí que muchos les consideren post grunge-, el hard rock o, incluso, el un-metal
Comentamos esto porque, paradójicamente, y aunque escuchando “Karma and Effect” uno es capaz de ubicar la época casi con los ojos cerrados, resulta bastante complejo clasificar un álbum como este en términos estilísticos. Habrá muchos seguidores que consideren que “Disclaimer” es mejor disco que éste, o que, incluso, “Fragile” –cuando aún se llamaban Saron Gas- le supera con creces, pero lo cierto es que en “Karma and Effect” da la impresión de que el grupo quiso dar un paso más allá para hacer algo más accesible su sonido, al tiempo que mantuvo el núcleo más potente del mismo. Y la verdad es que lo consiguen. Por un lado, se mantiene ese deje proveniente del grunge en muchas partes del disco –no es ningún secreto que Shaun Morgan es un gran admirador de Nirvana-, pero por otro lado la banda es capaz de incorporar elementos que, en efecto, vienen heredados de forma directa del metal alternativo e, incluso, como decíamos, del nu-metal (fíjate en la cadencia de “Burrito”).
Seether, además, se permiten el lujo de incluir baladas como “The Gift”, un tema típico, un intento de producir una canción perfectamente radiable y vendible. Sin embargo, la gracia reside en cortes mucho más potentes, como “Remedy” o “Because Of Me”.
Y es muy curioso, porque mientras muchos afirman que
Seether, en este álbum, trataron de acercarse a grupos como Nickleback o Stain –cosa que no vemos por ningún lado-, precisamente a nosotros, la banda nos recuerda mucho más a artistas como
Vex Red y September, especialmente en canciones como la ya mencionada “Burrito”. No obstante, son un grupo muy distinto a las bandas lideradas por Terry Abbot, quizá porque éstas miraban mucho más hacia el rock alternativo e, incluso, hacia el sonido industrial. Y además, está la peculiar voz de Shaun Morgan: su timbre es curiosamente similar al de
Kurt Cobain. Sorprende la similitud de su voz con la del músico de Seattle, especialmente en algunos momentos.
Todo ello hace de
Seether una banda peculiar. Y aunque quizá no hayan llegado al nivel de popularidad que sus coetáneos alcanzaron, sin embargo, sí han sabido mantener el tipo y su propuesta artística en una zona de equilibrio muy interesante, ofreciendo discos como “Karma and Effect” que, sin ser un álbum espectacular, logra definir las líneas maestras del sonido del grupo.