¿Es “Absolution” el mejor disco de
MUSE? Interesante pregunta… Bueno, en realidad es LA pregunta que se hace mucha gente, en general, acerca de muchos artistas. Y siempre resulta igual de complicado de responder, básicamente porque cuando hablamos de música es muy complicado discernir entre lo que es objetivamente un buen disco, y lo que nos parece, de forma subjetiva, un buen disco. Tan complicado que, muchas veces, es imposible. Y si bien es cierto que en algunas ocasiones el vencedor claro es evidente, hay otras en las que la cosa no está tan clara. Así, en este sentido, tenemos la sensación de que éste álbum y “Origin Of Simmetry” podrían ser serios candidatos a ser los mejores LPs de
MUSE , sin saber muy bien cuál de ellos podría dominar al otro.
Con “Absolution”, la banda emprendió un giro muy notable hacia otro tipo de sonido, que se enriquecía sustancialmente con respecto a sus dos anteriores discos que, si bien eran dos cañonazos importantes –especialmente “Origin Of Simmetry”-, son distintos en comparación al despliegue compositivo e instrumental de su tercer álbum, que muestra una variedad de registros más rica que sus predecesores. Por decirlo de un modo simple, hay menos “Plug in Baby”, menos “New Born”, y menos distorsión… básicamente, porque la banda va buscando otro tipo de horizontes. Cortes como “Sing For Absolution” son un claro ejemplo del giro emprendido por el grupo: un tema muy atmosférico, basado en una línea de piano que teje un colchón casi fantasmal sobre el que se construyey eclosiona el resto de la canción. Pero
MUSE no dejan de lado el sonido que, hasta entonces, había sido su seña de identidad, y nos entrega “Stockholm Syndrome” un trallazo brutal que desemboca en “Falling Apart With You” –aunque no se mezcla con ella-, una balada que contrasta consigo misma, ofreciendo secciones dispares, pero dependientes entre ellas. Y estos son sólo algunos ejemplos de la variedad dinámica que la banda consiguió en “Absolution”, algo a lo que contribuye, sin duda, una sección rítmica impecable y descomunal, que sobresale, especialmente, en las líneas de bajo, como siempre.
Y la gracia de todo está en que
MUSE consiguió encontrar un hilo conductor con el que coser todo el LP, adquiriendo sentido y creando un disco que, amparado en la temática del fin del mundo, desgrana canciones como quien desgrana capítulos de una historia, llevándonos hacia un final en el que un ateo se muestra casi arrepentido de serlo en su lecho de muerte, ante la desesperanza que le invade y que se plasma en “Thoughts Of A Dying Atheist”. Y entre medias, la banda entrega maravillas como “Blackout”, una canción con una base casi sinfónica, que va evolucionando hacia un desenlace que apunta tintes futuristas, y que nos deja con un sabor de boca similar al que nos podía dejar la película “2001: Una Odisea en el Espacio” al ver imágenes del espacio al tiempo que sonaba música clásica. Eso por no hablar de otros temas como “Butterflies and Hurricanes”.
Así pues, la conclusión es que
MUSE se la jugaron mucho con este álbum, que pusieron toda la carne en el asador. En él plasmaron una fusión impresionante de sonidos, impregnada constantemente por el sello característico de sus trabajos anteriores, creando un disco en el que demostraron que eran una banda ambiciosa, tremendamente fascinante y, que no conocía límites a la hora de fundir géneros. En este LP, el grupo consiguió un equilibrio casi perfecto entre lo grandilocuente y pomposo, y lo más directo y contundente. Algo que nos recuerda al modus operandi de Queen –salvando las distancias-, y que sentó las bases para una retahíla de discos que, si bien no estamos seguros de que hayan alcanzado el nivel de “Absolution” (ni de su predecesor), acabaron por definir la carrera discográfica del grupo.