Han pasado siete largos años desde que
Story Of The Year , una de las bandas que más sonó durante principios de los años 2000, publicase un nuevo disco de estudio. Recordemos que aquella época fue un momento en el que géneros como el post-hardcore adquirieron un rumbo descaradamente comercial, incorporando dejes muy marcados del pop de radiofórmula, empaquetándolo todo ello en producciones muy resultonas y llamativas por lo espectacular y cocinado de su sonido. Pero, sin embargo, para entender este lapso de tiempo sin publicar un sólo álbum, hay que tener en cuenta que, quizá, el grupo fuese víctima de la volatilidad de la industria musical, o de la volatilidad de un género tan manoseado que hizo pasar a mejor vida a un buen puñado de bandas -dejándose por el camino a otras a medio agonizar-. O quizá todo fue una cuestión de mala suerte, simple y llanamente, pero lo cierto es que la banda, en estos siete años, ha pasado por momentos muy difíciles, dominados todos ellos por problemas de financiación para seguir adelante con el grupo con el que publicaron discos tan emblemáticos como “Page Avenue” o “The Black Swan”. Tal es así que, para poder trabajar a conciencia en este LP, la banda tuvo que emprender un proyecto de ‘crowdfunding’ con el que financiar los gastos de la grabación del mismo.
La cuestión es que la jugada les ha salido bien, y “Wolves” puede ver la luz con todas las garantías que se merece. Y la pregunta que se hacen muchos fans a estas alturas es… ¿cómo sonara la banda después de todo este tiempo? Pues, en esencia, no muy diferente de como sonaban en “The Constant”, disco que precede a “Wolves”. Ahora bien, hay diferencias con respecto a sus trabajos anteriores. De entrada, no esperes nada similar a “The Black Swan” ni a “Page Avenue”. El grupo se ha decantado por un enfoque mucho más melódico. No es que anteriormente no hubiesen sonado melódicos, sino que, en esta entrega, esa dirección es la base de todo el disco. Bien es cierto que hay momentos que te evocarán a los dos discos ya mencionados, como en “A Part Of Me”, pero en términos generales, el disco está totalmente orientado al pop rock y el hard rock más contundente con amplias dosis de punkpop moderno, algo que funciona sin problemas. El problema viene porque el disco, básicamente, no te lleva a ninguna parte. En ocasiones suena demasiado genérico, como si las canciones ya las hubieses escuchado con anterioridad, y en general cae en una especie de tierra de nadie que suena muy similar a lo que ya hicieran ellos mismos en otras ocasiones o a lo que han hecho o hacen decenas de bandas similares.
Es un disco que muchos van a percibir como demasiado ‘light’. La presencia de varias baladas atenúa bastante los momentos que puedan sonar algo más agresivos. Pero ese no es el único problema que presenta “Wolves”. El disco es demasiado extenso; 15 temas con una duración considerable y con una falta evidente de concreción en la dirección de las canciones, lo convierten en una especie de recopilación de la que, quizá, extraer aquellos temas que más te llamen la atención, y poco más.
Sin embargo, sabiendo cuál era el punto de origen y el contexto previo a su grabación, hay que saber apreciar el álbum, también, por lo que supone: un intento de resucitar a la bestia. Que
Story Of The Year hayan sido capaces de entregar 15 temas de este nivel –al margen de que nos gusten más o menos- después de todas las vicisitudes por las que han tenido que atravesar en este tiempo, es algo que demuestra, sobre todo, tesón y empeño por seguir al pie del cañón. De modo que, en ese sentido, no hay nada que se les pueda reprochar. Esperemos que a partir de aquí el grupo pueda seguir dando continuidad a su carrera, y que esto haya sido una maniobra de resucitación en toda regla. Nos alegra tenerles de vuelta.