Definitvamente,
Senses Fail están de regreso con un disco más luminoso que sus predecesores. Quizá el título del mismo sea ya un guiño a la intención que han puesto en los temas, pero lo cierto es que con “If There Is Light, It Will Find You” la banda se lanza de cabeza a un tipo de sonido más alegre, por decirlo de algún modo, y lo hace desde el comienzo del álbum con un tema, “Double Cross”, que te inyecta en vena ese espíritu del que quieren hacer gala a lo largo de los doce cortes que componen el LP. Suena típico, pero es cierto, con él, la banda sienta las bases de lo que vas a encontrarte en los 45 minutos que dura el disco.
Sin embargo, el álbum va algo más allá, y recupera, también, el lado más afilado de sus predecesores, aunque quizá algo alejados de la vertiente más relacionada con el post-hardcore. No es que hayan caído en un enfoque más pop, pero algo de ello hay. Mucha melodía, pero también mucha contundencia. De este modo, si “Pull The Thorns From Your Heart” fue una especie de liberación de Buddy Nielsen y un ejercicio de autoaceptación y asunción de los problemas por los que había atravesado, con esta nueva entrega, la banda ha dejado al 100% la responsabilidad al frontman del grupo, quien ha compuesto íntegramente el núcleo de las canciones y sus letras. Todo el disco ha sido escrito por él, y el grupo ha puesto su fe, ciega, en su talento. Hecho que, creemos, cierra de forma definitiva un círculo vital que el propio Nielsen estaba experimentando, en el que ansiedad, adicciones y demás circunstancias adversas pusieron en jaque al vocalista y al resto del grupo, pero del que, afortunadamente, todos han salido victoriosos.
Y eso es algo que se nota, de nuevo, en las letras. Nielsen no se guarda nada, y lo vuelca todo en unas composiciones que van directas al grano. Lo cual no siempre es sencillo, primero porque te expones y te abres en canal para el resto, y segundo porque corres el riesgo de ser juzgado o malinterpretado, algo a lo que, en realidad, todos estamos expuestos. Lo que realmente impresiona es que, bajo esa luminosidad aparente en las canciones, las letras exhiben un enfoque oscuro, que trata temas como la pérdida y la mortalidad, y recrea esa sensación de contraste entre luces y sombras, algo a lo que los fans del grupo, quizá, estén acostumbrados, pero que en este álbum parece hacerse más evidente. Se trata, dicho de otro modo, de un planteamiento que, aunque siembra dudas a través de las letras, acaba dejándote un poso en el que hay espacio para la esperanza. “Ancient Gods”, por ejemplo, es un tema curioso, porque mientras es capaz de ofrecer parte de lo que
Senses Fail ha sido todo este tiempo, abre una ventana hacia otro tipo de sonidos, mientras la letra va horadándote poco a poco. Estilísticamente, otros temas como “Is It Gonna Be The Year” son realmente pegadizos, mostrando un enfoque muy ‘popero’ en la concepción de estructuras, melodías y arreglos, pero insistiendo, de nuevo, en la idea de ofrecer un contraste importante entre las sensaciones que te puede despertar la melodía principal, con lo que se está narrando en la letra, que plantea lo que se antoja, casi como una duda existencial: “¿va a ser este el año que me mate o el año que me salve?”.
Sin embargo, hay algo de lo que el álbum acaba pecando: falta de dinamismo. Los temas, en ocasiones, se parecen demasiado unos a otros, y falta, quizá, algo de colorido; algo que hace que el conjunto acabe desmereciendo ligeramente. No es un problema demasiado grave, como sí ocurre con otros álbumes, porque hay temas como “Shaking Hands” que sí aportan un contrapunto a otras canciones del disco -o como ocurre con el tema que da título al mismo, un corte muy intimista con el que la banda cierra el álbum, de un modo magistral, con una canción que, rondando los 6 minutos y medio, evoluciona por distintos paisajes sonoros-. Pero es cierto que en este aspecto podría haber tenido algo más de variedad. Sin embargo, y como hemos indicado anteriormente, es un LP muy honesto y profundo en las letras, y eso compensa los puntos débiles que pueda tener.