Ya sabéis, los que lleváis algún tiempo leyéndonos, que siempre insistimos en la idea de que un disco en directo nunca podrá llegar a sustituir lo que supone poder vivir en persona un concierto de una banda, sea cual sea. Podrá acercarte algo a lo que son capaces de llevar a cabo en los conciertos, pero nunca podrán replicar la experiencia en vivo al 100%. Jamás –no importa que se publique en DVD, Blu-Ray o con tecnología de audio espectacular-. Sin embargo, en muchas ocasiones sirven como legado de lo que un día fueron y del modo en que plasmaban su música sobre las tablas, máxime cuando la banda en cuestión sufre un varapalo como el que sufrió
Linkin Park en el verano de 2017, con el fallecimiento de Chester Bennington, esfumándose para siempre la posibilidad de vivir esa experiencia en persona.
De este modo, “One More Light Live” se perfila como un homenaje a Chester, a los fans y a ellos mismos como supervivientes de un hecho tremendamente devastador. Los miembros restantes del grupo pensaron que, quizá, el mejor modo de recordar a Bennington era ofrecer una última grabación en directo del grupo, mediante la cual dejar patente aquello de lo que, hasta el momento, habían sido capaces de realizar. Y lo cierto es que así resulta. Podemos discutir acerca de si tal disco, o tal otro, representa mejor o peor a la banda. O podemos discrepar acerca de los gustos en cuanto al rumbo adoptado por la misma a lo largo de los años -y, muy especialmente, en su último disco de estudio-; pero resulta francamente complicado discutir o discrepar acerca del hecho de que
Linkin Park eran una tremenda banda de directo. Gustos, estilos y matices a un lado. Y para muestra nos sirven los directos que ya se han publicado con anterioridad, los conciertos a los que se puede acceder a través de plataformas como YouTube o, sin irnos más lejos, este mismo álbum. Y quizá este disco sea el que mejor represente a la banda, en tanto en cuanto, en su setlist, se plasma un buen ejemplo de lo que el grupo ha ido desarrollando a lo largo de los años y, sobre todo, de cómo ha ido evolucionando con el paso del tiempo –aunque esté evidentemente centrado en su último disco-. Y decimos esto porque, aunque en lo personal podamos preferir un disco en concreto –o un concierto de otra época-, no podemos negar el devenir de la banda, y un punto y seguido en su carrera no supone el elemento que representa la historia completa, sino un momento concreto de ella. Es por ello que decimos que este álbum puede ser un buen resumen de su trayectoria. Un buen ejemplo de cuál fue el punto al que llegaron, y una ventana hacia lo que podía haber sido y ya no podrá ser.
Así pues, en cierto modo, el concierto acaba antojándose más como un punto y aparte que como un punto y final del grupo. No en vano,
Mike Shinoda confirmó a principios de 2018 que el grupo tiene intención de seguir adelante, aunque de momento no se hayan dado pistas acerca de cómo ni cuándo –podemos discrepar o no sobre esa decisión, si es que acaba materializándose, pero habrá que respetarla y, sobre todo, ver qué rumbo toma y qué dimensión adquiere-. Por eso “One More Light Live” supone lo que supone. Un alto en el camino con el que recordar a Chester haciendo lo que siempre ha hecho: hacer feliz a sus fans.