Joan Queralt and The Seasicks están de regreso con un nuevo disco que ve la luz apenas un año y un par de meses después de que lo hiciese su anterior entrega, “Time Made Of Sand”. Y lo hacen con un álbum titulado “Purple Cannon” que viene a ofrecernos un nuevo giro en el sonido de su propuesta musical. En realidad, esto no debería sorprendernos, porque Joan, si por algo se caracteriza en esta andadura, es por ofrecer distintos matices con cada disco que publica. De este modo, le hemos visto transitar desde el rock claramente influenciado por el folk americano, hacia un sonido más pop, más vinculado al indie y a la electrónica en este nuevo trabajo.

Y, siendo totalmente honestos, no estamos seguros de que este nuevo enfoque nos encaje con la misma efectividad que lo hizo en sus dos anteriores entregas. Quizá sea porque no somos muy aficionados, precisamente, a este tipo de sonido que hemos descrito, o bien porque no nos transmite lo mismo ni con la misma inmediatez que sí lo hizo, por ejemplo, en “Welcome Home”. Son conceptos distintos, es cierto, pero aun siendo conscientes de ello, esto es lo que hay. Y ojo, porque estamos convencidos de que el fondo de este nuevo enfoque es la intención de no repetirse, de evolucionar y explorar mil y una rutas distintas, pero ésta es una opción que no nos convence en absoluto. Sin embargo, estamos seguros de que, precisamente por eso, por darse el gustazo de ‘divagar’ en lo musical, e ir por otros derroteros distintos a los que nos había mostrado anteriormente, acabará dando con otra vertiente que, quizá, sí nos dé mejor en el clavo. Al final esto, como en tantas cosas, es algo muy subjetivo cuando de gustos musicales hablamos.

No obstante, y aunque quizá no sea en lo único en lo que uno deba centrarse a la hora de escuchar un LP, creemos que es conveniente hacer mención del nivel compositivo que muestra en esta nueva colección de temas. Porque, dejando al margen las preferencias en cuanto a gustos, hay elementos en el disco que llaman bastante la atención, y que alejan a los temas de lo previsible, algo que se agradece, por otra parte. Y dejando todo esto a un lado, nos gustaría destacar temas como “Niagara Park”, un tema bonito y curioso, de corte melancólico, que nos recuerda al sonido de algunas bandas de los años 80, y que han recogido recientemente proyectos como Heavens , por poner un ejemplo que hemos reseñado en esta web -quizá sea uno de los que mejor se perfilan en el álbum-; o esa maravilla titulada “Ona”, que recupera el espíritu folkie de su primer álbum, contrastando enormemente con los cuatro temas que le preceden, pero que ofrece un soplo de aire fresco. Un tema que, tal y como está ubicado, a nosotros nos parece que confirma el acierto de Joan a la hora de afrontar temas de este estilo. Ahí, lo clava. Y en temas posteriores, como “Tons Of Blue”, parece como si hiciese una síntesis entre lo que ofrece en los primeros cortes del LP, y su lado folkie, integrando ambos enfoques en una canción que, de un modo muy elegante, une ambos universos, demostrando así que, quizá, no estén tan alejados como pudiera parecer en un primer momento.

Así pues, “Purple Cannon” nos deja con cierta impresión de desconcierto. Si tratamos de diseccionarlo, nos lleva, por un lado, a un sentimiento de contradicción importante. Como si en él se diera el encuentro de dos mundos relativamente diferentes que, en algunos momentos, se fusionan en una mezcolanza muy interesante; y por otro, nos deja con ese punto de tener la sensación de haber estado escuchando algo con cierto toque de genialidad. Porque según le vas dando escuchas y te empapas en su sonido, vas percibiendo que aquello tiene un sentido. Atípico, extraño y aparentemente disonante, pero un sentido, al fin y al cabo, una intención que va adquiriendo mayor presencia según le dedicas minutos de escucha.