Solideza. Con este término se puede definir perfectamente el estado de este grupo en su segundo disco. Dentro de la moda presente, donde las estructuras más complejas del emo se hacen presentes en multitud de grupos,
Comeback Kid es actualmente una isla dentro de Victory, pues estamos ante un grupo donde la velocidad y la voracidad estan al orden del dia, en dos palabras: puro Hardcore.
Con la producción del incombustible Bill Stevensson, esos canadienses han tirado de manual para confeccionar un album crudo, frenético, muy mordaz en su crítica y sólidamente compuesto, con muros de hardcore infranqueables no mancados de calidad, ideal pues para dinosaurios del género e al mismo tiempo para alguien que quiera introducirse en un mundo musical sin concesiones.
Cabe destacar que a diferencia de su primer album, se incluye un toque punk rock aportando algo de melodía al discurso.
Notable y necesario disco para seguir demostrando la vigencia del hardcore como vehículo alternativo de expresión musical. Un verdadero soplo de aire fresco