Es muy posible, y vamos a ser totalmente directos en esto, que “Morbid Stuff” sea el mejor disco que
PUP ha publicado hasta la fecha. Pero es que es muy posible, también, que estemos ante uno de los mejores álbumes del género de todo 2019 (y eso que aún queda año). Y esto tiene mucho que ver con el modo en que el disco comenzó a ser concebido porque, como muchos recordaréis, Stefan Babcock -frontman del grupo- ha estado recientemente luchando contra una depresión, y una de las vías que, a buen seguro, le ayudaron a salir de ella, fue canalizar algunas de esas sensaciones y/o sentimientos e inquietudes en canciones que hoy nos presentan en este LP. Es por ello que este trabajo presenta una serie de contrastes la mar de interesantes entre la temática de sus letras, y el enfoque musical de los temas. -que suenan optimistas y alegres-
Así, y aunque musicalmente “Morbid Stuff” es su disco más cohesionado -y un poco más adelanta trataremos este aspecto-, lo más interesante del álbum puede que sean, precisamente, las letras, que no dudan en presentarnos cara a cara a los demonios que han venido atormentando a Babcock, al tiempo que dedican algo de espacio a llevar a cabo alguna que otra crítica, como la que sucede en “Full Blown Meltdonw”, un tema que critica sin ningún tipo de tapujo al modo en que la industria musical trata a los artistas y, en muchos casos, ningunea a aquellos que empiezan a mostrar signos de fatiga mental, ansiedad o depresión. En este aspecto, el álbum es un constante divagar y cuestionar aspectos que puedan dar con la fórmula de la tranquilidad (que no de la felicidad). Sin embargo, las respuestas no llegan, y los temas quedan como puertas abiertas a la interpretación y la reflexión personal de cada uno, algo que las hace todavía más interesantes, pero que en según qué situaciones podrían ser un tanto delicado si no estás atravesando por el mejor de tus momentos. No obstante, la ironía es un elemento que juega un papel muy importante en este disco, un matiz que ayuda a reflexionar sobre lo que se propone en las letras, desde un punto de vista menos cargado de lo que cabría esperar. Y eso, en sí mismo, ya es un paso en la buena dirección a la hora de superar problemas de esta índole.
Como decíamos, musicalmente es, probablemente, su álbum más cohesionado. A caballo entre el punkrock y el punkpop más ácido, en la línea de “Too” de
FIDLAR -pero sin perder el sello personal que les ha venido caracterizando estos años y salvando todas las distancias que existen entre ambos (que son unas cuantas)-, la banda ofrece composiciones muy optimistas -como “Sibiln Rivalry”, que recuerda, incluso, a
Weezer -, bien ejecutadas y arregladas, con una producción bastante sencilla para lo que estamos escuchando últimamente, pero que pone a cada elemento en su sitio, logrando una solidez muy destacable como conjunto. Esto es algo que demuestra que, en muchos casos, una aproximación simple en la grabación de un disco favorece mucho más a las canciones que una producción excesivamente trabajada y manoseada, especialmente cuando hablamos de punkrock y punkpop.
De modo que, bajo nuestro punto de vista, no hay pero que valga. “Morbid Stuff” es un álbum que debería escuchar cualquier aficionado a este tipo de géneros y, por supuesto, los fans del grupo. Porque, como decíamos al inicio de la reseña, estamos ante el mejor disco del grupo.