El sexto álbum de los australianos
Parkway Drive es la confirmación en las intenciones de la banda de comerse el mundo. No cabe la más mínima duda, el camino iniciado con su anterior trabajo Ire allá por 2015 era solo el inicio de la transformación/evolución por la que está atravesando el grupo.
Con Ire vimos un cambio innegable. Winston y los suyos sacrificaron agresividad y velocidad para conseguir hacer canciones más armónicas, más melódicas y más coreables.
Hay que decir que, en mi opinión, esa evolución les salió perfecta.
Y sí, me sigue gustando su etapa más bruta, Atlas, Deep Blue u Horizons. Pero reconozcamos que temas como Vice Grip, Crushed o Bottom Feeder son himnos de incontestable calidad e Ire uno de los mejores discos de metalcore de la última década, sino el mejor.
Tres años después con este Reverence encontramos todo lo expuesto en Ire, pero multiplicado por dos. La línea es similar pero con un paso más. Todo suena más pulido, más grande, accesible y pegadizo.
¿Es esto malo? Para nada. Pero vamos a analizarlo.
El disco comienza con Wishing Wells, una pieza que arranca suave hasta que rompe para regalarnos un torbellino la mar de efectivo y sólido. Las guitarras junto al bombo de batería son las protagonistas. Muy melódica, perfecta para abrir los conciertos.
Y si hablamos de canciones ideales para los directos la que sigue, Prey, se nota que fue creada pensando en hacer botar al público en los festivales. Probablemente el hit del disco.
He de decir que Absolute Power, pese a no desagradarme, me parece algo plana, como si no acabara de romper. Aún así es muy utilizada en sus shows.
Después una especie de interludio para dar paso a The Void, single y otra de las más destacadas del álbum. Estribillo y coros adictivos para este track efectivo y lleno de groove.
Y a partir de aquí a un servidor le da la sensación de que a la banda se le apagan las ideas.
I Hope You Rot, In Blood y Chronos me parecen buenos temas pero no sorprenden tanto como para recordarlas con el paso del tiempo.
Con Shadow Boxing, pues bueno, no seré yo quien critique esta intención de experimentar, que no me desagrada, pero tampoco creo que enriquezca demasiado el conjunto.
Con quien si tengo serias críticas es con The Colour Of Leaving, el cierre del disco.
Cuando uno está esperando un pepino para terminar con una sonrisa de oreja a oreja, resulta que nos encontramos con un tema hablado por Winston que te deja frío y desconcertado.
Conclusión: por la producción y el estilo mostrado por
Parkway Drive en este Reverence todo hace presagiar que su línea de ascenso y popularidad seguirá creciendo en los próximos años. Sin duda con temazos como Prey, The Void o Wishing Wells tienen crédito más que de sobra para seguir conservando el trono de mejor y más grande banda de metalcore de la actualidad.
También es cierto que, siendo rigurosos, en el disco se encuentra cierta falta de inspiración.
¿Preocupante? Ni mucho menos. Sigue siendo un buen disco. Sin embargo, si se compara con sus últimos tres álbumes, hay que decir que no sale ganando.