No se puede negar que la carrera de
Sum 41 es una de las más sólidas y estables dentro de toda la amalgama de bandas de Punk Pop que salieron hace 20 años. Es cierto que todo durante estos años no ha sido color de rosas, problemas de adicciones, algunos cambios de formación...Pero si tenemos en cuenta que el groso del grupo es el original, capitaneado por Deryck Whibley, y que la banda se encuentra después de tantos años más fuerte que nunca, es para que estén satisfechos.
Y es que este Order In Decline es ya su séptimo disco de estudio y si te gustó como a nosotros su anterior 13 Voices, estás de enhorabuena porque consiguen reafirmarse en su "nuevo" sonido.
Y digo lo de nuevo porque después de un periodo en que la banda parecía un poco perdida, con 13 Voices encontraron un camino a seguir y una buena base donde trabajar.
Order In Decline sigue las líneas de 13 Voices. Los temas pegadizos como Fat Lip o Still Waiting ya no abundan tanto en esta nueva etapa. Parece como si hubiesen dejado de lado la preocupación por sacar un hit para la radio y dar más importancia en desarrollar discos mucho más completos y maduros.
Hay sobretodo un detalle de los canadienses que me llama mucho la atención y es su cada vez menos reparos en sacar a relucir su influencia Heavy Metal.
El disco está lleno de riffs Heavys, incluso en varias ocasiones la utilización del doble bombo en la batería. En Out for Blood, pese a ser un tema muy
Sum 41 , en el minuto 2:10 nos deleitan con un solazo heavy. En temas como A Death In The Family o The People Vis... se desatan por completo. Ojo al inicio de canción de esta última.
Esto no quiere decir que se hayan pasado al metal ni mucho menos. Siguen sonando a
Sum 41 pero no se encorsetan y abren las puertas a incluir elementos no tan comunes en el Punk Pop. Al fin y al cabo nunca han ocultado sus influencias.
Evolucionar sí, pero sin dejar de sonar a ellos mismos. Y su esencia sigue intacta.
No me gustaría terminar sin destacar las dos baladas que tiene el trabajo Never There, dedicada a la madre de Deryck, y Catching Fire que cierra el disco. Muy bonitas ambas.
En definitiva, un disco muy completo, maduro y variado que demuestra que están en el mejor momento de su carrera. Ya les gustaría a muchos llegar a estas alturas de la película sacando discos la mitad de sólidos que este.
No inventan nada, pero lo que hacen, lo hacen muy bien.
Tenemos
Sum 41 para rato.