Copeland no es banda de “la escucho mientras hago otras cosas”. Blushing no es disco de altavoces. Desde su fundación en 2001 hasta este, su sexto disco (y segundo desde el renacimiento del grupo en 2014), el grupo de Florida ha ido poco a poco perfeccionando un sonido que mezcla la voz siempre susurrante de Aaron Marsh con la manta instrumental que te envuelve en cada tema.
Pocos grupos son capaces de transportarte al interior de una cama templada en una noche invernal como lo hace
Copeland en Blushing, de sumergirte a un nivel de semiinconsciencia en el que dejas de distinguir si lo que ves y lo que oyes es parte de la realidad o del sueño. Y no te deja salir del letargo, con un LP construido con la voluntad de parecer una única figura separada sutilmente en once partes. Con los auriculares adecuados, Blushing crea en tu cabeza una fantasía flotante de piano, guitarra, violín y ritmos difíciles de encuadrar en una etiqueta.
No busques un ‘single’ claro en este disco. No busques un hit de radio que destaque por encima del resto, pero no dejes de escuchar "As Above, So Alone", un temazo a dos velocidades, ni “On Your Worst Day”, tal vez el tema más redondo y el ejemplo perfecto de lo que busca
Copeland: invitarte a un viaje para el que solo necesitas una luz tenue, un poco de paciencia y mucha curiosidad. Un viaje que termina en lo más profundo de ti mismo.