Hace ya unos cuantos años desde que
Green Day publicasen “International Superhits” (2001). Para muchos, aquél disco suponía el epitafio de un banda que había sido parte de la iconografía alternativa de los años noventa. Mucha gente creyó que tras el relativo fracaso comercial de “Warning” (2000) y, sobre todo, tras la publicación de la recopilación de caras-b “Shenanigans” (2002) poco tiempo después, la banda se disolvería. Bueno, la realidad, confesa por los miembros del grupo y plasmada en diversos documentales, no anduvo demasiado lejos de aquellas suposiciones, pero todo daría un giro radical cuatro años después de la publicación de “Warning”. Sucedería lo que nadie, a esas alturas, hubiese podido imaginar. El trío liderado por
Billie Joe Armstrong lograría reinventarse por completo con la publicación en 2004 de una de sus obras más representativas, “American Idiot”.
Todo aquél que sea seguidor del punkrock y el punkpop en su sentido más amplio sabe de sobra lo que supuso ese LP. No vamos a descubrir nada nuevo, ni es el tema central de esta reseña. Pero para resumirlo de un modo muy concreto basta decir que fue un punto y aparte. El comienzo de un nuevo capítulo en la carrera musical de
Green Day. El renacer majestuoso de una banda que, a partir de ese momento, comenzó una andadura que les llevaría de estadio en estadio, saltando (de nuevo) al panorama internacional por la puerta grande. El resto es historia, y llega hasta nuestros días.
Pero, ¿qué es lo que convierte a “American Idiot” en algo tan especial como para que merezca la pena ser adaptado en un musical que se ha representado en Broadway? ¿Qué lo hace tan único como para alcanzar el rango de otros álbumes de rock que también fueron adaptados de este mismo modo (véase el caso de “Tommy” de The Who)? Pues algo tan simple como la coherencia narrativa, el hecho de contar una historia en tres actos, como lo hacen las tragedias griegas, el ser un ente con vida propia, en el que los personajes respiran por sí mismos. Y precisamente ese proceso, el de convertir un disco en un musical es lo que nos cuenta este documental, de la mano del propio director del mismo, Michael Mayer, quien trabajó mano a mano con la banda para conseguir una realización que respetase en todo momento la obra original y que, además, contase con el beneplácito del grupo y muy especialmente con Billie Joe, quien coescribió el libreto de la representación junto a Mayer. El documental resume así un proceso que inicialmente apuntaba a la adaptación cinematográfica (cuidado, porque nadie lo ha descartado aún), y que supuso tal volumen de trabajo, que su prolongación en el tiempo se solapó con la publicación de “21st Century Breakdown”, del que se tomaron algunas piezas y se incorporaron al musical.
Desde la adaptación de la música en su nivel más simple, hasta el arreglo de algunas de las piezas, reconvertidas ahora en versiones polifónicas que ensanchan los límites de las composiciones originales. Desde la revisión del LP en su estado más puro, hasta la grabación del mismo en versión musical. Desde los ensayos más sencillos, hasta los ensayos generales. Desde la selección de los actores adecuados, hasta la incorporación del propio Billie Joe en el papel de St. Jimmy. Todo eso y mucho más. Eso es lo que se describe en “Broadway Idiot”.
Sobra decir que las versiones que podrás escuchar en el documental nada tienen que ver con el disco original. Algunas adaptaciones suenan realmente bien, como es el caso de “21 Guns”, pero otras suenan bastante más planas y simples, y eso por no mencionar el cambio que supone no escuchar la voz de Billie Joe ni su interpretación vocal. No obstante, de donde más chicha puede extraerse en el visionado del documental, es del hecho de poder observar cómo Mayer traslada su visión de “American Idiot” a la realidad, dotando de movimiento a una historia de la que, hasta ahora, sólo teníamos nuestra propia interpretación en nuestra mente. Así pues, sabiendo qué es lo que estás viendo en tu pantalla, el film resulta ser un recorrido la mar de interesante en el que, sin entrar en demasiados detalles técnicos, uno puede hacerse a la idea del enorme trabajo que hay detrás de una superproducción como esta. No obstante, es comprensible que aún te asalte la duda y el escepticismo, pero si finalmente decides darle una oportunidad, te garantizamos que vas a lograr ver este proyecto desde otro punto de vista. En cualquier caso, toda una curiosidad digna de ser tenida en cuenta.