Doce años después de la publicación de “Back To Black”, el segundo disco de la malograda
Amy Whinehouse , Universal Records, Island Records y Eagle Vision se han unido para publicar un DVD que viene a arrojar un buen puñado de luz en cuando a cómo fue el proceso de grabación de aquél LP, además de incluir un concierto titulado “An Intimate Evening In London”, que la cantante ofreció la misma tarde que cosechaba cinco premios Grammy, en febrero de 2008, precisamente, gracias a “Back To Black”.
Con respecto al disco en sí, ya no queda mucho que no se haya dicho ya. Es un álbum reconocido a nivel internacional como una de las obras más importantes de nuestros días, y uno de los discos más destacables del siglo. Ha cosechado parabienes, premios y números uno en todo el mundo, y ha logrado poner a la crítica de acuerdo, casi de un modo unánime. Estamos de acuerdo: “Back To Black” es una obra maestra. Un álbum moderno que capturó como muy pocos la esencia de una época ya pasada, haciéndose eco de muchas de las cosas que sucedían, por ejemplo, en las sesiones de grabación de artistas como The Ronettes, o todo el roster de artistas de la Motown, especialmente en torno a 1964.
Y para ayudarnos a entender por qué y cómo se logró que el disco sonase como suena, pero logrando un filo bastante moderno al mismo tiempo, el documental cuenta con la presencia de dos piezas clave: Mark Ronson y Salaam Remi, dos productores que supieron entender a la perfección la idea que Amy tenía a la hora de grabar sus canciones, así como las influencias que le inspiraban. Ambos fueron los pilares fundamentales sobre los que recae gran parte de la responsabilidad de que el álbum adoptase la forma que adoptó, y gracias a un entendimiento brutal, ser capaces de dar coherencia a dos bloques de canciones que se grabaron a caballo entre Londres, Nueva York y Miami. Sin embargo, Ronson es quien introduce y reivindica una tercera figura: Tom Elmhirst, responsable del sonido final de la mezcla del álbum, y que acabó dando el toque definitivo al mismo, evitando -palabras textuales de Ronson- que el disco se convirtiese en una fotografía de 1964. No estamos seguros de si esto es o no bueno, pero así fue, y así nos lo cuentan.
El documental recoge multitud de grabaciones y cortes de Amy durante la grabación, registrando demos o maquetas en el mismo estudio, así como imágenes en las que explica, en primera persona, algunos de los significados de las canciones contenidas en el disco -al margen de los testimonios principales de productores y músicos de estudio con los que trabajó en el proyecto-. En conjunto, es un documento muy digno y, casi, necesario, porque bajo nuestro punto de vista, entender el proceso de grabación de una obra discográfica como esta, forma parte del proceso de comprensión de la misma, y ayuda a formarse una imagen más completa del conjunto. Sin embargo, es inevitable dejarse llevar por la nostalgia. Amy es un ángel caído, y eso es algo que flota en el ambiente durante toda la pieza. Se palpa la nostalgia, y existe cierto grado de impotencia de aquellos que estuvieron a su alrededor hasta el final pero que, de algún modo, ni pudieron ni supieron cómo ayudarle.
Por otro lado, en cuanto al concierto que se incluye en esta publicación -y que había permanecido inédito hasta el momento-, creemos que es un ‘must have’ para los fans de Whinehouse, y un documento gráfico que debería ver cualquier persona que haya disfrutado del álbum. Se trata de un concierto íntimo, llevado a cabo frente a amigos y familiares, en un recinto pequeño, y en el que Amy y su banda despliega todo el potencial del que son capaces. Y lo hacen con tantísima clase, que uno, si cierra los ojos, tiene la impresión de estar escuchando a una de las bandas de la Motown de mediados de los años 60.
Así pues, y, en definitiva, estamos ante un documental necesario, como decíamos anteriormente. Es el acompañante ideal del disco, y el modo de comprender perfectamente qué es lo que Amy tenía en su mente cuando compuso y grabó estas canciones. Es la guía definitiva para interpretar el significado de “Back To Black”, un álbum que fue, en cualquier caso, un modo de liberarse de fantasmas y demonios del pasado.