Bowling For Soup son cuatro individuos que vienen desde Texas, donde empezaron sus andaduras allá por 1994. Y éste es su tercer disco, aunque para muchos es el primero, porque con él se han destapado en el mundillo punk-popero y punk-rockero. Hay quien les compara con Blink 182,
Simple Plan y demás bandas del estilo (odiosas comparaciones), y en mi opinión no deberian hacerlo. Es cierto que hay un nexo que une a todo este tipo de bandas, pero hay algunas que saben dar su toque. Y
Bowling For Soup lo ha hecho con este disco: “Drunk Enough To Dance”.
El disco, aunque no es muy complicado, si que rebosa frescura por todos los lados. Es cierto que es demasiado largo y puede hacerse monótono hacia el final, pero es de lo más agradable que he escuchado en mucho tiempo. Es muy entretenido, y la actitud divertida del grupo, aderezada con la típica estética skate, hacen el resto, impregnándonos de esa atmósfera veraniega. A veces tiene toques que bien podría recordarnos a los Beach Boys, pero en versión punk-rock. Tiene retazos muy rockanroleros, y es de agradecer, porque las melodias cobran fuerza con ellos. Y se intuye que el disco podría haber sido bastante más crudo, que la producción ha maquillado la energía que derrochan
Bowling For Soup. Aun con todo, firman canciones tremendas que han pasado automáticamente a formar parte de los clásicos dentro de su repertorio, como Emily, Girl All The Bad Guys Want, On And On, la tremenda Surf Colorado o la cancion que abre el disco: I Don’t Wanna Rock.
Sin duda, es un disco de esos que, sin ser una virtuosidad (ni falta que le hace), es fresco, entretenido, y eso ya es un logro dentro de la actualidad musical, tan fotocopiada últimamente.
No os lo perdáis si os gusta el punk-rock y la melodía tarareable. Además ha sido reeditado con la inclusión de canciones como "Punk Rock 101" o "Summer`69" (cover).