Tras un más que notable debut,
Bayside se enfrentan al que para muchos grupos es el disco que empieza a definir claramente si estamos ante un grupo sólido o algo pasajero. Nos encontramos, en este caso, claramente con un más que sólido grupo.
Es un disco redondo, no sobra nada. Todo se encuentra en su justa medida, velocidad, relajación, desesperación, tristeza, calma, reflexión... Lo que ya se encontraba en su debut está aquí, pero si cabe aún mejor. El ritmo es más sosegado, las guitarras menos pesadas, más ligeras, creando una atmosfera melancólica, juntándose con la personalísima voz de
Anthony Raneri , indivisible de un sonido que han creado que les da lo que muchos grupos buscan, personalidad. Es un disco sin duda más "rock" que el anterior.
Empezar con Hello Shitty, intro que enlaza con un pedazo de single, Devotion And Desire, uno de los temas del año sin duda, es garantía de que el disco que sigue puede ser algo grande, y lo es. Combinando preciosos medios tiempos como We`ll be ok, canciones melódicamente casi perfectas como Tortures Of
The Damned e incluso un corte acústico como Don`t Call Me Peanut, el disco pasa lentamente pero sin cansar. Montauk, Half a Life y la conclusión con Dear Tragedy...
En definitiva,
Bayside se han sacado de la manga un espléndido disco, melódicamente perfecto. ¿Una gran definición de emo? Simplemente rock cautivador. Para noches en casa y días lluviosos.