Gogol Bordello es una de esas bandas que o te encantan o las odias. Yo creo que es así. Y es uno de esos grupos que son muy difíciles de encasillar, por no decir imposible. El grupo, cuya formación ha ido teniendo altibajos, se formó en Ucrania a cargo de Eugene Hutz. Tras ese acontecimiento el grupo, gitano de origen (gitanos ucranianos, claro), pasó por diversos países y cambios en sus filas hasta recaer en Nueva York, donde finalmente se gestó y estabilizó. Imaginaos la de influencias de las que deben haberse empapado esta gente.
Gogol Bordelo son punk-rock gitano. Y ¿cómo se come eso?. Pues para que lo entendáis, hacen con el punk-rock, el folklore gitano y otras influencias, lo mismo que hacen
FLogging Molly con el punk-rock y la musica tradicional irlandesa, slavando las distancias, que hay unas cuantas. Es decir, el resultado es una extraña fusión a base de acordeones, bombo y platillos, violines y guitarras eléctricas bastante monótonas (aquí la melodia la llevan otros instrumentos). El resultado es un despilfarro extraño de música. Todo ello aderezado con alcohol y desenfreno. Lo cual no impide que sus letras estén impregnadas de carga contestataria.
El disco me ha resultado de lo más extraño que he oído jamás. Porque además de toda la fusión de estilos, mezclan tres idiomas: el inglés, el ucraniano y el español!!!! Si, en una canción llamada ’60 Revolutions’ cantan unas estrofas en español. Rarísimo, mezcla de alegría y tristeza, la voz del cantante te hace imaginarle en medio de una fiesta hablando con voz canallesca a toda la gente y arengando al personal.