Todo empezó en Febrero de 2002 cuando Brian, Cisco, Vinx y Luka se juntaron para intentar hacer un sueño realidad en un garaje de la ciudad de Roma. Sí, he dicho Roma, Italia, Europa! ¿Quién lo diría?,
Vanilla Sky se han sacado un sonido que parece venir directamente desde las soleadas playas de la costa oeste de los USA. Y sí, suenan en esa línea de grupos como
MxPx (en su vertiente más melódica),
Autopilot Off o incluso como
Mest , pero tienen algo, ese algo que distingue a una banda del resto de bandas de su mismo género, no cayendo en lo prefabricado ni en la repetición de estereotipos y melodías, haciéndose más variados.
El álbum no puede tener una mejor apertura con Distance, una canción potente, melódica y con fuerza. Punk-pop en estado puro, aderezado con unos coros de vértigo. Son buenos, son muy buenos en cuanto al aspecto vocal se refiere. Además, su pronunciación es realmente perfecta para ser italianos. A Distance le siguen otras 11 canciones y un bonus track según la edición del disco. Todas ellas impregnadas de la atmósfera melódica del punk-pop más californiano. Ya sabemos la receta de sobra: coros que construyen un lecho armónico para la voz principal, guitarras distorsionadas siguiendo la melodía, punteos y riffs hipermelódicos y una batería potente (amén de una producción bestial). Cabría destacar otras canciones como Wastin’ All My Time, Unfriend o The Point. También hay que decir que alguna vez se dejan llevar y caen en el pastel facilón como en la balada Broken Car. Lo que no me explico es qué pinta The GhostTrack en este disco punk-pop.
Su única pega, es que tal vez pequen de previsibles en algún momento puntual. Pero no está nada mal lo que hacen.