‘Hola, y bienvenido a The Everglow de
Mae ’. Asi comienza este disco mientras suena una bonita melodía de piano, como quien se sienta en un avión y escucha un mensaje de bienvenida de mano de una azafata. Como si apagasen las luces y comenzase la película. Así se presenta The Everglow. Uno de los mejores discos de 2005. ¿Y porqué lo es?, porque
Mae ha dejado boquiabierta a mucha gente con este álbum conceptual que te impregna los sentidos, especialmente el oído a través de sus melodías, y la vista a través de la historia en forma de acuarela que acompaña al disco. Una obra de arte.
Mae han consolidado con The Everglow un estilo muy personal de hacer un tipo de música inclasificable. Rock progresivo con matices punkrock. Melodías elaboradas que crecen durante una canción, conducidas por unas armonías vocales preciosistas y una instrumentación muy cuidada. Cada cosa está en su sitio, y todo tiene un sabor sólido, un disco compacto de principio a fin, con un sonido contundente y unas canciones que progresan y evolucionan durante su transcurso. Un viaje, una historia que comienza con un prólogo y termina con un epílogo a través de 15 canciones a modo de capítulos que se funden unos con otros. No hay canciones, sino pasajes enlazados impecablemente en una melodía continua con cambios de texturas, color y tempo.
No sería justo, pues, resaltar canciones de forma aislada. Pero para que pueda existir una referencia, puedes escuchar ‘We’re So Far Away’, ‘Someone Else’s Arms’ o ‘Mistakes We Knew We Were Making’, por decir algunas.
Es una obra de arte, con una solidez, preciosidad y detallismo impresionante. Imprescindible, sin más. Una maravilla.
Disfruta tu viaje.