Si de discos ansiados hablamos, éste se lleva la palma. Nadie como
Tom DeLonge ha sabido generar expectación (un poco exagerada) y revuelo ante su nuevo proyecto ‘
Angels & Airwaves ’. DeLonge no está solo en esta nueva empresa, sino que ha sido respaldado por músicos ya conocidos como David Kennedy (guitarra), quien ya estuvo junto a él en BoxCar Racer; Atom Willard (batería) actual miembro de Offspring y ex-Rocket from the Crypt; y Ryan Sinn (bajo) exbajista de Distillers.
‘We Don’t Need To Whisper’. Así ha sido bautizada la criatura. Con una duración estimada de 50 minutos repartidos en 10 canciones, la cuenta sale a 4 minutos y pico por pista. Indicio de que no estamos ante el típico ‘modus operandi’ compositivo de
Tom DeLonge. Y así es, el material guardado en este álbum es definitivamente lo más “novedoso” que jamás ha compuesto. Tampoco nos engañemos, no es el mejor disco de todos los tiempos, ni va a suponer una revolución en el rock’n roll, pero sí supone un paso adelante en la evolución personal de DeLonge después de Blink 182. Hay buenas canciones como Valkyrie Missile, The Adventure, Distraction, It Hurts, The Gift o The War, una impresionante canción que curiosamente recuerda a los últimos Blink 182 o BCR, apoteósica.
Es un buen disco, decente, sin demasiados alardes. Buenas armonías y riffs de guitarra, canciones que crecen, efectos electrónicos, largas intros, una batería que es el auténtico corazón palpitante del álbum y una grandiosa producción que ofrece un sonido espectacular. Un disco que se disfruta a todo volumen, pero que te deja como a medias. No es lo mejor, pero tiene cosas buenas. Bastante disfrutable y escuchable.