Tres años sin saber nada de
Saosin , esperando el tan ansiado debut en forma de LP tras su primer y espectacular EP (Translating The Name), dudando realmente si iban a llegar a culminar lo que todos sus seguidores estaban esperando, más aún teniendo en cuenta que hubo cambio de vocalista y batería durante todo este tiempo. Pero al fin, y por fortuna para nuestros oídos, el disco homónimo de
Saosin ve la luz a través de Capitol. Y ésta, amigos, era una de esas veces en las que más de uno pensó “ahora o nunca”. O salía el disco o
Saosin se iba al traste.
El resultado es espectacular. Está claro que los
Saosin de ahora no son los mismos de hace años, que han evolucionado y que no suenan tan novedosos como en aquel entonces. Pero siguen siendo los mismos que dejaron pasmada a mucha gente en 2003. Este CD es fruto de un intenso trabajo, que incluye la actualización de canciones que ya aparecieron en su EP (cuando podrían haberlas metido tal cual), dejándolas aún mejor si cabe que las versiones primitivas. Se trata de un conjunto sólido de composiciones que juegan con el caos a través de riffs imposibles que llenan las canciones mezclándose con líneas de batería masivas. La voz principal juega a colarse en este caos provocado, acompañada de unos tremendos coros que ayudan a definir perfectamente el sonido
Saosin.
No voy a destacar ni una canción. El disco no tiene desperdicio, ni un mísero acorde de desperdicio. Este CD ha sido un triunfo en toda regla, uno de los mejores discos de 2006 (sino el mejor), un trabajo intimista, pulido hasta rozar la perfección, contundente, perfectamete producido y mejor ejecutado. Nadie deberia perderselo. Apoteósico.