Verde es el proyecto de un artista (Sean Mahan) conocido en su campo por crear artworks para discos de grupos como Floor,
Planes Mistaken for Stars , y Twelve Hour Turn desde mediados de los años 90 y que al parecer no sólo posee talento pictórico, sino que también es capaz de componer. Desde luego, para mí, un perfecto desconocido del que lo que menos esperaría es un disco, y menos como éste.
No hay nada de punk en este álbum, así que avisado quedas. Grabado en su propia casa de Florida en un 8 pistas, Mahan utiliza su voz, una guitarra, un teclado y una batería para crear canciones encuadrables en el más alternativo de los estilos. No estamos hablando de una superproducción ni del mejor de los sonidos, ni de lejos. Tal vez estemos hablando de algo bastante inusual en estos días: un tipo grabando sus propias canciones en casa, sin importar demasiado los aspectos técnicos, volcando directamente lo que sale de su mente y su corazón, sin importar nada más.
El disco contiene 18 cortes que a veces logran crear una sensación de grabación en múltiples capas, generando algo similar a canciones con atmósfera, pero atmósfera sutil, sin saturaciones ni congestiones, algo delicado e intimista. Si hay algo que este disco consigue es recuperar la magia de las grabaciones de antaño, con elementos técnicos limitados y sin sofisticaciones de ningún tipo, volviendo a los orígenes, casi en el espíritu de la música surf de principios de los sesenta.
Un disco especial, tal vez para gente especial que sepa apreciar a grupos como Galaxy 500, Guided by Voices, or the Magnetic Field. Un disco curioso, tranquilo, reposado y con muchas cosas interesantes en su interior.