Con bastante menos expectación que el cuestionado Lights And Sounds llega Paper Walls, el quinto larga durada del famoso grupo de punk-pop con violín, dispuesto a recuperar el interés que perdieron tras la evolución que supuso su anterior trabajo.
Lo primero que viene a la cabeza tras escuchar The Takedown, el primer tema, es efectividad. Han querido recuperar el sonido de Ocean Avenue y el primer paso es olvidarse de introducciones y elementos que afecten al ritmo del disco. Le siguen Fighting y Shrink The World, en la misma onda, y uno de los mejores cortes lentos de la banda, Keeper. El violín deja de ser ambiental para apoyar directamente a las líneas de guitarra, recuperando lo mejor del sonido de
Yellowcard, como bien puede apreciarse en Light Up The Sky, y la batería de nuevo es el instrumento que mejor luce en técnica, véase la energía que transmite a un corte como Afraid o la versatilidad rítmica de Shadows And Regrets.
Otra de las mejores bazas del trabajo que nos ocupa es la humildad, pues temas como Dear Bobbie o You And Me And One Spotlight, ambas baladas que cierran el álbum, respiran una humanidad poco común en un sonido tan comercial.
Una lástima que el álbum solo conste de 11 temas, pues puede antojarse ciertamente corto, aunque no hay mal que por bien no venga, y es que de todas las piezas, no hay ninguna especialmente prescindible, por lo que puede presumir de una buena regularidad.
También es reprochable la falta de ambición a la hora de componer, pues si bien las melodías están trabajadas, no van más allá de entretener con estribillos pegadizos (y bien lo logran, todo sea dicho).
El conjunto total pues, resulta ser el de un trabajo sencillo y bien inspirado, que siempre se hace agradable de escuchar, especialmente en estas fechas.