‘The Bedlam In Goliath’ es el cuarto y esperado álbum de estudio de ‘
The Mars Volta ’, siendo su tercer disco conceptual desde que grabasen ‘De-Loused In The Cromatorium’, su disco debut.
The Mars Volta han tenido un periodo bastante movidito en los dos últimos años, especialmente por la salida del grupo de su antiguo batería Deantoni Parks, quien ya sustituía al batería original, y por la recuperación de Bixler-Zavala tras su operación en un pie, además del supuesto sabotaje al que se han visto sometidos a través de canciones desaparecidas del estudio…
Todo esto no hace más que contribuir a crear el carácter casi surrealista del propio grupo y sus temáticas. Del mismo modo, The Bedlam In Goliath es un disco extraño, casi experimental y de temática inquietante. Inspirado por una especie de tabla de ouija llamada Southsayer que Omar pudo observar en un mercado de Jerusalén. Así, el hilo argumental del disco va por esos derroteros, extraño, oscuro, inquietante y cargado de misticismo. Musicalmente exlora multitud de campos diferentes, pudiendo observar desde influencias del hardrock, rock de los 70, hardcore, posthardcore, punkrock hasta matices jazzísticos, toques blues y partes que recuerdan, sin exagerar a tipos como Jimy Hendrix. Todo ello envuelto en una especie de sudario que podríamos calificar como rock progresivo. Vocalmente las melodías parecen viajar en el espacio, desmarcándose de las melodías de base para volver a cruzarse con ellas según avanza la canción en cuestión.
The Mars Volta ha firmado un disco complejo, difícil de digerir, texturizado, multidimensional, de estructuras complejas, siniestro y oscuro. Es el fruto de una curiosísima fusión de estilos e influencias. No creo que decepcione a ningún fan. Rudo, inquietante y caótico.