Cuando
Anti-Flag anunciaban que fichaban por una multinacional como RCA, sus seguidores esperaron con bastante escepticismo sus próximos proyectos. Curiosamente, For Blood And Empire no solo sorprendió por no seguir tanto el camino del más accesible Terror State (que era lo más previsible), sino también por convertirse, sin lugar a duda, en uno de sus mejores trabajos.
The Bright Lights Of America sigue la estela de su predecesor, pero añadiendo una serie de elementos (sobretodo a nivel instrumental) que enriquecen la variedad del disco, algo muy de agradecer en un estilo tan quemado.
La primera escucha puede dejar algo frío ya que la coherencia del álbum puede quedar algo resentida al combinar constantemente temas rápidos con himnos más lentos, pero desgranándolo poco a poco uno descubre la enorme riqueza del conjunto, dando lugar a uno de los más frescos álbumes de punk-rock en años.
Tony Visconti a la producción (Dandy Warhols,
David Bowie ) ha acertado plenamente con su supervisión. Encontramos entre los elementos mencionados antes, coros de niños en Good And Ready, sonidos de campanas, piano (opertura de Vices), trompetas en We Are The Lost), la armónica en Go West… todo combinado inteligentemente con los característicos riffs de Chris y Justin y el siempre rítmico bajo que ha caracterizado el sonido de los de Pittsburg.
Los temas clásicos tampoco faltan a la cita para contentar a los más conservadores y porqué no, nostálgicos (véanse el single Bright Lights Of America o la más agresiva Spit On The Face).
Anti-Flag vuelven con un disco original, adictivo, inteligente en su manera de hacer llegar el mensaje y el más variado de su discografía.