Sí, yo era un escéptico al respecto de este nuevo disco, aunque hubiese escuchado algunos fragmentos del nuevo material. No acababa de concebir un cambio tan brutal como el que han experimentado Panic at The Disco con respecto a su anterior trabajo. Para quien se aventure a escuchar ‘Pretty. Odd.’, hay que advertir que es una ruptura total y absoluta con respecto a todo lo que han hecho antes (por fortuna). Digamos que el grupo se quita de encima todo lo que tenga que ver con el pseudoemo pop y punkpop quinceañero de tintes electrónicos para dar paso a una obra pop trabajada, culta, fina, delicada, con gusto y que bebe directamente y sin tapujos de discos como ‘Sgt. Pepper’ (Beatles), Pet Sounds (
The Beach Boys ) u Odessey & Oracle (The Zombies), todos ellos nacidos entre 1966 y 1967. Increible, ¿no?
El disco, grabado en Las Vegas y arreglado, mezclado y masterizado en los míticos estudios Abbey Road, en el Reino Unido, presenta estructuras inteligentes, dinámicas, coloristas y densas con importantes arreglos de cuerda y viento, recuperando la vanguardia pop de hace 40 años, aderezada con el poso brit-pop que han cultivado grupos como Oasis, Blur, Pulp o
Suede. Marcando a propósito ese aire Beatle que predomina en toda la grabación y empapándose de otras influencias varias como son el folklore americano y el country de regusto a Johnny Cash.
Que sí, no tiene nada que ver con los PATD que conocíamos, que es un cambio increíble y que, además, lo han hecho más que bien. El conjunto es impresionante, delicado y sincero, pero especialmente reveladoras son las nueve primeras canciones del álbum. Si hablásemos de similitudes, ‘Pretty. Odd.’ Sería para PATD lo que ‘The Everglow’ fue para
Mae , con todas sus particularidades. Abre tu mente y escucha.