El disco del año para sentirse bien (dicen
No Use For a Name ) llega con unas expectativas bastante distintas a lo que se esperaba tras su predecesor. Escuchando los dos primeros temas del álbum (the Biggest Lie y I Want To Be Wrong) uno queda cuanto menos sorprendido ante la vuelta al sonido de More Beterness.
Cabe decir que se trata de su trabajo más variado, pues existen piezas curiosas como las acústicas Sleeping Between Trucks y Kill The Rich o la balada acompañada por piano Ontario, siendo eso sí, las menos harmoniosas del conjunto.
Lo bueno es que No Use For a Name siguen demostrando porqué fueron una referencia y lo seguirán siendo, pues sus características melodías levantaran más de un sentimiento de nostalgia entre sus seguidores, ya que todo respira el conocido aire de buen rollo que siempre han sabido transmitir
Tony Sly (del cual sus letras son cada vez mejores por cierto) y compañía, apoyándose en sus inconfundibles estribillos. Si a esto le sumamos la acertada distribución de los temas más rápidos (The Feeling Good Song Of The Year, Night Of The Live Diving, Take It Home...) obtenemos unos resultados bastante buenos.
La producción es la mejor que han tenido nunca, posiblemente de las mejores que se pueden escuchar en un disco de melódico (aunque esta etiqueta sea algo cuestionable por momentos).
The Feeling Good Record Of The Year no aporta nada nuevo, aporta algo viejo que muchos echaban de menos. Bastante disfrutable.