Zebrahead están de vuelta, de vuelta para regalarnos a principios de verano una descarga de punk-pop más enérgica que nunca en el sonido de estos norteamericanos.
La traca inicial (HMP,Hell Yeah y Just The Tip), no dejan duda que ha habido una progresión, especialmente en técnica y en composición de melodías, un poco más agresivas de lo que no tiene acostumbrados este género en general. Su evolución podría compararse con la de
Sum 41 en el disco Does It Look Infected?
La voz melódica de Matty, ahora algo más oscura, se combina a la perfección con la de Ali Tabatabaee, quien muestra de una manera contundente porqué géneros tan distintos como el punk-rock y el hip-hop pueden dar buenos resultados si se mezclan inteligentemente, tarea a la cual contribuye la rítmica percusión y el impresionante cambio de nivel en la guitarra. ¿Recordais el tema Wake Me Up de su anterior trabajo? Por ahí van los tiros.
También en los nuevos
Zebrahead hay lugares para baladas más melódicas en forma de himno, (véase The Juggernauts, con un curioso parecido a Angels And Airwaves), que eso sí, no rompen el ritmo del disco en ningún momento, ya que a continuación, el recital de temazos van uno tras otro, pasando por los temas más desefandados, que aunque en menor número, tampoco podían faltar a la cita de un grupo como este.
La guinda al trabajo la pone el número de temas: 16 bombazos, de un pegadizo endemoniado, y entre los cuales es imposible mencionar ningún bajon de ritmo destacable.
Es poco común apostar por lo menos accesible, pero en el caso de
Zebrahead esta progresión de su Broadcast To the World coloca a la banda sin ninguna duda, entre los mejores del estilo. Y es que no había título más acertado para el álbum que el de Phoenix. Averiguad el porqué, no os arrepentireis.