Thrice han vuelto, y confirman la evolución que llevan en práctica desde hace ya unos cuantos años. La historia de ésta podríamos fijarla en ‘Vheissu’, pasando por los cuatro volúmenes de ‘The Alchemy Index’ hasta llegar a ‘Beggars’. Han ido transformando su sonido desde unas bases hardcore presentes en sus primeros álbumes, hacia algo realmente más experimental, denso y ambiental. Más elaborado y rockero. Vheissu abrió la caja de Pandora, expandiendo su idea en The Alchemy Index, para ayudar a definir el presente trabajo como un disco puramente rítmico, conciso y... ¿perfecto? Eso es difícil, pero se queda muy cerca.
Definir la base del sonido y el carácter de Beggars es complejo, y para ello es importante conocer los últimos trabajos del grupo, especialmente The Alchemy Index.
Thrice han recopilado la idea global de los cuatro elementos, la producción de cada uno de los EPs, y la han intentado sintetizar, cogiendo lo mejor de cada elemento y ensamblándolo en 10 canciones redondas. Lo más curioso es que el conjunto se nos antoja bastante minimalista, pero cuidado en detalles. Así, si prestamos atención, el sonido de guitarras ancla sus raíces en el concepto de Earth (y probablemente algo de Fire), pero incurriendo en unos arreglos y detalles que sorprenden en cuanto les prestamos un mínimo de atención, ayudando a definir y redondear cada una de las canciones. Vocalmente va a suponer una gran sorpresa. Estamos ante el primer disco de
Thrice en el que no hay ni un solo grito. Dustin se muestra como un vocalista que puede ir muchísimo más allá del mero posthardcore, rozando texturas que recuerdan incluso al blues o al soul y que, no se asuste nadie, pueden recordar a ciertos cantantes de blues y pop, pero en una textura distinta. Dificil explicarlo.
Así pues, el disco, en cuanto a concepto global, parece ir un poco en contra de la magnificencia y amplitud que mostraron en Vheissu y especialmente en The Alchemy Index, centrándose en explotar al máximo el minimalismo y la inmediatez, ofreciendo un pequeño universo de texturas ínfimas, arreglos y detalles brillantes. Beggars es, bajo mi humilde opinión, una pequeña obra maestra, un disco que nadie debería perderse. Destacan:
All The World Is Mad, The Weight, Talkin Throug Glass, In Exile o Beggars.