Berri Txarrak pueden despertar muchas antipatías, pero gozan de hordas de seguidores y de gente que les admira y les sigue desde que empezaron, y no sólo en Euskadi. Una muestra más de que el idioma no es una barrera infranqueable y de que la música y la actitud de un grupo suelen hablar por si solas. Y es que es cierto, el grupo podrá ser criticado desde distintos puntos de vista, porque nadie es perfecto, pero si hay algo que nadie puede reprocharles es su actitud y sus ganas de hacer las cosas a su manera.
Payola. Así se titula este nuevo LP. Por ‘payola’, que es un término latino derivado de ‘pay for all’, se conocen los actos de soborno e intimidación económica por parte de agentes y managers para hacer que un grupo o artista suene en una emisora de radio. Que sirva esto como carta de presentación del álbum. Dicho esto, Payola es un disco potente, sin artificios, grabado en directo en estudio con todos los miembros del grupo tocando al mismo tiempo y empleando material clásico y vintage. Y así suena, rudo, áspero, verdadero, como ellos querían sonar. Y es que ya empezamos a estar todos un poco hartos de las super-producciones ultracalculadas y perfeccionadas al milímetro. La música es mucho más que perfección técnica y autotune: la música es actitud. Steve Albini, quien grabó a
Nirvana o The Pixies, ha sido el encargado de grabar el disco, y Tim McIlrath, de
Rise Against , ha colaborado en algunas canciones.
El disco es un compendio de sensaciones y estilos distintos. Cada canción tiene su propio rollo, pasando por el punkrock, el metal o el rock duro, pero todas ellas muestran la crudeza de la que hablábamos anteriormente. No hay duda de que Berri Txarrak están en su mejor momento, conquistando otros continentes y codeándose con auténticos iconos de la música moderna. Presta mucha atención a ‘Folklore’, ‘Maravillas’, ‘Dortoken Mendea’ (donde colabora McIlrath), la contundente ‘Arren, Darwish’ o ‘Etorkizuneko Aurrekari Guztiak’.